Hoy
dejamos a los seres escalofriantes como han sido los Desuellamentes y
los Golem para adentrarno mas en el mundo sobrenatural de la madre
naturaleza, hoy os traigo a los espirtus que son las fuerzas de la
naturaleza, os traigo a los Elementales.
Elementales
es
el nombre que recibe una categoría de seres mitológicos descritos
por primera vez en las obras alquímicas de Teofrasto Paracelso (1493–1541).
Los tipos de elementales descritos eran cuatro, coincidiendo con los elementos de la tradición griega.
De esta forma las correspondencia entre los elementos y las criaturas
que les representaban sería:
Según
la mitología los elementales son seres del mundo espiritual,
conectados directamente con los cuatro elementos (de allí su nombre)
que rigen al planeta tierra: agua, tierra, aire y fuego.
Se
los representa como figuras humanizadas, vestidas de manera extraña
y rodeados de mucho misterio. Esta es sólo su apariencia, para que
pueda identificárselos. Datan de mucho tiempo, que son anteriores a
la aparición del hombre en el planeta.
Cuando
el planeta era sólo una masa incandescente y sin vida, los
elementales estaban presentes planeando la construcción y la vida
futura, ayudando a los Espíritus Superiores, Arquitectos Cósmicos,
quienes eran los encargados de coparticipar en la obra del creador.
Las
salamandras –elementales del fuego- cuidaban la masa de gases
radioactivos presentes en el planeta y de la materia incandescente
que debía ir sedimentándose y enfriándose de a poco, para que el
planeta en formación pudiera ser habitable.
Los
silfos, elementales del aire, cuidaban de la evolución de esos gases
tóxicos, para lograr el equilibrio químico y la evolución de los
violentos vientos y tormentas nucleares que azotaban al planeta en
formación, allá en los comienzos de la historia cósmica.
Los
Espíritus Superiores o Arquitectos Cósmicos ya tenían planeado
todo tipo de vida que surgiría en la tierra, siguiendo las
orientaciones del Creador. Estaba todo programado en la Mente Divina.
Sólo hacía falta que se estableciera el orden, para que esos
Espíritus de la naturaleza o elementales pudieran, finalmente,
empezar el proceso de evolución y vida sobre el planeta tierra, como
colaboradores inmediatos de los arquitectos celestiales.
Cuando
los gases se hicieron líquidos y cayeron sobre el planeta en forma
de gotas de agua, lluvias y tormentas violentas que inundaron casi
toda su superficie, aparecieron los elementales del agua: Sirenas,
Ninfas y Nereidas, por las explosiones nucleares, quitándoles las
materias densas y pesadas que aún había en suspensión.
En
el Universo existen, entre otros Jefes Espirituales, espíritus
guardianes, orientadores, protectores, y organizadores de toda la
creación. Los elementales, sus colaboradores, fueron, por lo tanto,
anteriores a la aparición del hombre sobre la tierra y los
encargados de armonizar las condiciones básicas para la aparición
de la vida en sus varios reinos.
Cuando
el planeta comenzó a enfriarse y a estabilizarse, ya estaban
presentes los elementales de la tierra: Gnomos, Duendes y Hadas, a
fin de armar los elementos de su nivel, o sea, los primeros esbozos
de arbustos y piedras. Estaban dando origen a todo lo que germinaría
después, con el trabajo de millones de años.
Es
curioso observar que desde la antigüedad más remota, los
elementales fueron representados de manera casi idéntica por los
pueblos más diferentes, por ejemplo, los sumerios, los caldeos, los
egipcios, los chinos, los pueblos indígenas de África, Polinesia y
América.
Los
dibujos que se encontraron los muestran de manera casi idéntica, no
importa cuan lejos estuvieran esos pueblos unos de otros. Esto nos
lleva a pensar que los elementales siempre se comunicaron con los
seres humanos, manteniendo un patrón energético que permitiera
verlos e identificarlos. Estaban presentes en casi todos los ritos
sagrados, especialmente en aquellos en que se pedía la protección
celestial para las cosechas y las siembras.
Se
los representa como a dioses mitológicos y eran objeto de
privilegios, por parte de los sacerdotes y del mismo pueblo. No sólo
se los invocaba para que protegiesen las siembras sino también para
que aquietasen las aguas, apagasen incendios y contuvieran
tempestades. O sea, protección de los cuatro elementos.
Aparecen
sus figuras, casi idénticas, tanto en la Europa central del siglo XV
como en la India milenaria y mágica, 2000 años antes de Cristo.
Los
elementales eran amados y temidos al mismo tiempo, ya que tanto
beneficiaban como perjudicaban. Fueron siempre considerados seres
duales. Ellos tienen un tipo de vibración muy rápida y eléctrica,
que les permite trasladarse de un lugar a otro a la velocidad de la
luz.
Se
los considera espíritus juguetones, animados, traviesos, sin mucha
responsabilidad y arduos trabajadores de la naturaleza. No tienen un
concepto muy claro del bien y del mal y por eso pueden ser
manipulados para los trabajos de magia negra. Tal vez, su nivel de
conciencia se parezca a la de un niño que aún no sabe distinguir
entre acertado y errado.
El
hecho de no tener un nivel de madurez espiritual suficientemente
desarrollado para diferenciar el bien y el mal, los hace semejantes a
criaturas traviesas, inconscientes e inocentes, como la propia imagen
física con la cual se presentan ante los hombres.
Si
por su falta de conciencia madura, alguna vez fueron usados para
practicar el mal, pagaron muy cara esta acción porque retrocedieron
en su camino espiritual de evolución.
Saliendo fuera de la mitológía y para resumir, los elementales básicamente son fuerzas de la naturaleza que dominan a los elementos.
El
plano material primario está compuesto por 4 elementos; el fuego, la
tierra, el aire y el agua. Los elementales son seres que, en el plano
material, están compuestos por uno de los 4 elementos. Distinguimos
así a los elementales de fuego, tierra, aire y agua.
Estos
seres, normalmente, habitan en un plano interno y se presentan en el
plano primario cuando son invocados por medios mágicos. Al no ser
muy inteligentes, son invocados frecuentemente, ya que otros seres
más listos presentarían más resistencia a la invocación.
Un
elemental puede ser invocado mediante conjuros, con una vara o con
otro objeto invocador. Lo más importante al invocar a un elemental
es mantener el control de éste al llegar al plano material, ya que
los elementales odian alejarse de su plano residencial y, al llegar
al plano material, lo hacen muy cabreados. Si el elemental es
destruido vuelve al plano interno del que procedía.
Si
la persona que invoca pierde el control del elemental pueden pasar
dos cosas; que el elemental le ataque o que decida volverse a su
plano de origen. El control de un elemental puede ser robado a la
persona que lo invocó mediante un conjuro específico para disipar
magia.
Espero que os haya gustado esta entrada, en las próximas cuatro entrada profundizare en cada tipo de Elemental ;).
Muchas Gracias por vuestras visitas Amig@s Sobrenaturales ^^
Ha sido interesante... :) Me has dado una idea para una nueva historia de fantasía
ResponderEliminarBesos con cianuro
Muchas gracias por pasarte ^_^ me alegro de que estos increibles seres te hayan servio de inspiracion para una nueva historia =)) Besoss para ti tambien amigo sobrenatural :)
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