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miércoles, 18 de junio de 2014

Leyendas Urbanas - Los 5 árboles malditos

Os traigo cinco leyendas urbanas de cinco árboles que quedaron malditos para la eternidad.


El Roble Encadenado

Era una fría noche de otoño del año 1821, y el conde de Shrewsbury regresaba a casa en su carroza, cuando de pronto un anciano de aspecto zarrapastroso y barba gris se le cruzó en el camino, como solicitándole que detuviese la carroza. ¿Quién sería aquel vagabundo que osaba importunarle?, se preguntó el conde mientras miraba con desdén al viejo, que le extendía la mano mientras, guiado por una mezcla de vergüenza y pesar, hundía la mirada en el suelo.

Al parecer, el anciano quería una moneda, y esto molestó bastante al conde. Detestaba a los mendigos, así que sólo se quejó e hizo un gesto de asco y negación; pero, en lugar de callar, el viejo se indignó y, señalando a un roble que estaba muy cerca, dijo con voz ronca y tono solemne: “Por cada rama que caiga de este viejo roble que aquí yace, un miembro de tu familia morirá”… Como era de esperarse, el conde solo se enfadó más ante la maldición del mendigo, pero obedeció a su sentimiento de superioridad y se marchó sin decirle nada.

Mientras volvía a casa, la llovizna que antes caía se transformó en una lluvia furiosa, en medio de la cual el viento rugía, las gotas caían como clavos de cristal, y los relámpagos hacían palidecer el firmamento, seguidos por el sobrecogedor sonido de los truenos. Intentando guardar la calma, el conde se dijo que, todas las posibles sospechas de que el clima fuese un indicio de que la maldición se cumpliría, no eran más que patrañas propias de mentes supersticiosas, caso que no era el de un hombre inteligente como él, por lo que debía proseguir su camino con altiva indiferencia.

No obstante, poco después la calma del conde se derrumbó por unos instantes, pues un rayo acababa de caer muy cerca, al parecer sobre un árbol… Entonces intentó convencerse de que el árbol afectado no era el roble; pero, al llegar a casa, lloró como un niño al enterarse de que alguien de su familia había muerto, supuestamente por causas desconocidas…

Inquieto ante la reciente desgracia, el conde se sorprendió cuando, al revisar el sendero al día siguiente, constató que efectivamente el rayo había caído en el roble, quitándole una rama… ¿Sería la maldición? Quizá, y por eso ordenó a sus criados que encadenasen las ramas del roble, a fin de impedir que volviesen a caer y a matar más miembros de su familia.


El Árbol del Diablo en New Jersey

En el Oak Hammock Park, dentro del Municipio de Bernards en Nueva Jersey, yace un viejo roble de aspecto siniestro, con las ramas abiertas hacia el cielo, cual si fuesen brazos de condenados al infierno, paralizados en medio de sus movimientos llenos de angustia y desesperación. Le llaman el Árbol del Diablo: la leyenda dice que a su alrededor ocurren cosas inexplicables, y que muchos han perecido bajo sus ásperas ramas.

Cuentan que, al acercarse al Árbol del Diablo, una sensación de opresión se apodera de ellos, como si en el ambiente se respirase la maldad. Inclusive, algunos han dicho que percibieron gritos sin fuente aparente, o que vieron sombras o siluetas encapuchadas, merodeando con actitud acechante y escurridiza. Pero lo más sorprendente es la historia del carro negro fantasma, que ha perseguido a algunos después de que treparon en sus coches para alejarse del funesto lugar. Ese coche los persigue, castiga con su presencia la valentía de los curiosos, pero siempre desaparece inexplicablemente cuando el coche de las víctimas se aproxima a la carretera principal.

Ahora, y si nos preguntamos por qué nadie ha quemado el árbol o lo ha cortado, la respuesta se resume en una sola palabra: miedo. Y es que, quienes han golpeado al árbol o se han burlado de él, han experimentado accidentes de tráfico, daños en el coche, o algún otro suceso nefasto. Es como si el árbol se protegiese a sí mismo mandando mala suerte a quienes lo ponen en peligro, o al menos eso da a entender lo sucedido en aquella ocasión donde, tras emitirse la orden de derribarlo, los trabajadores encargados de cortarlo no pudieron hacer nada: primero porque las sierras eléctricas dejaron de funcionar inexplicablemente al encenderse cerca del objetivo, segundo porque, tras volver a funcionar inexplicablemente una vez que estuvieron lejos, los dientes de las sierras se rompieron cuando intentaron penetrar en aquella endemoniada madera, y tercero porque, al tratar de cortar con hachas, las hojas de metal se salieron tras los primeros golpes… Claro que alguien podría intentar acabar con el árbol de otra forma, pero todo el que se acerca siente miedo inexplicablemente; y nadie, tras haber respirado el horror que impera en torno al árbol, pensará en eliminarlo sin creer que por ello podría también sufrir la muerte o algo todavía peor…

Otro aspecto interesante de la leyenda, es que el árbol siempre se mantiene caliente al tacto, incluso si hace mucho frío y cae nieve. Es como si de un cuerpo humano se tratase, como si su seca madera fuese carne cálida, palpitante como las vísceras de los seres que, en los numerosos rituales satánicos que se han efectuado junto a él, han sido ofrecidos, sacrificados (hablamos de sacrificios de animales, de humanos no es seguro) al Señor de las Tinieblas… Conjuntamente, el calor constante del árbol es acompañado por pequeñas (unas zonas de unos 3 o 2 metros cuadrados más o menos) frías alrededor, las cuales siempre están, incluso en los meses de más calor; y es que, según el conocimiento esotérico y parapsicológico, el frío inexplicable es algo que acompaña a las presencias malignas…

Como vemos, el Árbol del Diablo tiene impreso el sello de la muerte, y han sido muchos los sucesos ocurridos junto a él: supuestas ejecuciones de esclavos rebeldes en siglos pasados, reuniones y linchamientos efectuados por el Ku Klux Klan, suicidios, un hombre que mató a su familia y después se ahorcó, y sobre todo el caso del asesino Gerard John Schaefer, que violó, mutiló, ahorcó y enterró a dos chicas junto al árbol, volviendo días después para cometer abominables actos de necrofilia con los cadáveres…

Finalmente, se sabe de fotos que muestran ectoplasma, orbes o cosas raras cerca del árbol, pero son muy pocas porque casi siempre las cámaras dejan de funcionar cuando están cerca del Árbol del Diablo.


El Árbol de Casandra

En las españolas Islas Canarias, existe la leyenda del Árbol de Casandra, cuya historia tiene dos conocidas versiones:

La primera cuenta que Casandra era una jovencita de entre 12 y 16 años, que pasaba mucho tiempo jugando con un chico de su edad, pero aquella era una época conservadora y el romance que llegaron a tener fue muy mal visto. Así, el padre de Casandra le prohibió encontrarse con su pequeño novio, pero ésta siguió viéndose a escondidas y él, presa de la cólera ante la idea del deshonor, asesinó al novio de su hija…
Tras perder a su amado, Casandra estaba profundamente dolida y resentida con su padre, y realizó un pacto con el Diablo, en parte para vengarse; sin embargo la descubrieron y, como en ese entonces aún las brujas solían ser asesinadas, la capturaron, la ataron al árbol junto al cual hizo el pacto, y allí la quemaron viva… Desde ese fatídico día, comenzó a escucharse que cerca del árbol a veces se escuchaban los alaridos de una jovencita y un ruido como de cadenas arrastrándose. Se cree que es el alma en pena de Casandra, pues muchos dicen haber visto, tallado en la corteza del árbol, un “Casandra e Iván” que después se borra inexplicablemente…

La otra versión de la historia, más cruda aún que la primera, dice que Casandra se quedó embarazada de Iván, y que dio a luz a dos mellizos. Temerosa aún de perder a Iván, Casandra creyó que éste podría dejarla si el tiempo deterioraba su belleza, y tal fue la angustia experimentada ante aquella enfermiza idea, que finalmente hizo un ritual para contactar con el Diablo, a fin de ver si éste le aseguraba una belleza indeleble a cambio de algún sacrificio. Sorprendentemente, el Diablo pidió a Casandra que sacrificase a sus dos mellizos: solo así le daría lo pedido, y tan aferrada a Iván estaba ella, que aceptó realizar el abominable tributo.

Llegó entonces aquella noche profundamente negra en que Casandra, asegurándose de que Iván estuviese dormido y no despertase, tomó con cuidado a los dos bebés, salió de la casa y, bajo la pálida luz de la luna llena y resplandeciente como aquella locura que animaba su mirada, caminó hasta ese árbol en que tantas veces había estado con el padre de los seres que ahora sacrificaría. Allí, aproximadamente a la medianoche según el deseo de Satanás, sacó el puñal y lo levantó con solemnidad; pero, en aquel breve lapso de tiempo en que se detuvo a contemplar lo que estaba haciendo y a combatir la parte de sí misma que se resistía a tal monstruosidad, advirtió entre los arbustos el brillo de unos ojos asombrados y a la vez enfurecidos: era Iván, que se abalanzó velozmente sobre ella sin darle tiempo a reaccionar, la golpeó, la ató al árbol mientras el llanto desesperado de sus hijos acompañaba a las inaudibles carcajadas de Satanás, y la quemó como se quema a una verdadera bruja… Entonces el humo de la carne chamuscada ascendió al firmamento junto con los últimos gritos de Casandra, pero su alma intranquila aún sigue penando en torno al árbol donde la quemó viva el hombre que allí mismo tantas veces la besó…



El Árbol de Los Ahorcados

En una pequeña comunidad de Victoria de Cortázar, en Guanajuato, dentro de México, yace un famoso árbol de mezquite, del cual pendieron alguna vez, ahorcados, inertes y derrotados, muchos revolucionarios caídos durante la Revolución Mexicana; aunque, según la versión popular, los ajusticiados eran bandidos dedicados al pillaje…

Sea como sea, todavía hoy en día se dan fenómenos paranormales en torno al árbol. Así no son pocos los testimonios; y por ejemplo, Uriel Almanza (un morador del lugar) cuenta que muchos van hasta el Árbol de Los Ahorcados para pedir favores (generalmente económicos…) al rostro demoníaco que de forma aparentemente inexplicable se ha plasmado en lo alto del tronco y que, tras la medianoche, cuentan que cobra vida, a la par que las almas de los ahorcados empiezan a llenar el aire con sus escalofriantes lamentos…


El Árbol del Vampiro

Se cuenta que en Guadalajara (Jalisco/México) existía un vampiro que se alimentaba de sangre humana. Inicialmente el hematófago solo abusaba de animales, y la preocupación de los pobladores era más que todo económica al encontrar tumbadas y secas a sus vacas o a otras criaturas. Sin embargo, cuando ya el ganado se había reducido considerablemente, comenzaron a aparecer niños muertos en las calles. Era un espectáculo atroz, pues el vampiro era tan salvaje que los infantes habrían quedado como pasas, totalmente secos…

Por temor al vampiro, los padres prohibieron salir a sus niños de noche, y no sólo se quedaron en casa los pequeños, sino también la mayoría de adultos, pues temían no tener fuerza para acabar con un enemigo que podía ser veloz y tremendamente fuerte.

No obstante las muertes prosiguieron, hasta que en medio del temor colectivo se encendió la llama de la ira, y ésta dio paso al coraje, gracias a lo cual se organizó un grupo para acabar con el vampiro. Así, empezaron a seguirle el rastro y una noche consiguieron emboscarlo, lincharlo y clavarle una estaca en el corazón…
Entusiasmados con su victoria sobre el sanguinario vampiro, los pobladores organizaron un entierro al día siguiente de haberle dado muerte, y en el entierro colocaron una lápida grande y pesada, como para evitar que aquel engendro de las sombras volviese a clavar sus infames colmillos en la carne de los vivos.

Con el entierro creyeron que el vampiro se esfumaría para siempre, y al menos fue así en el sentido que importaba para la seguridad pública, pero de una manera sutil y enigmática el hematófago volvió pues, después de que pasaron algunos meses y su tumba fue profanada, empezó a crecer, supuestamente de la estaca que le clavaron, un árbol mágico: este árbol sangraba cuando lo cortaban, reflejaba (en su corteza, de manera borrosa y fantasmal) los rostros de las víctimas del vampiro por la noche, y supuestamente tenía aprisionado el espíritu del vampiro, a causa de lo cual aún perdura, pues los pobladores piensan que, si se lo corta, el perverso chupa sangre podría regresar…



Muchas Gracias por sus visitas ^^



Leyenda Urbana - El Cadejo

Hola a todos! Disculpad este tiempo sin publicar ninguna entrada nueva, pero debido a los estudios no he tenido tiempo para traeros nuevas entradas. También me gustaría decir que en el tiempo que he estado sin escribir han llegado comentarios de entradas antiguas, comentarios un tanto ofensivos y de mal gusto, pues e gustaría decir que el que no crea en estos temas o les de miedo, imponga respeto u lo que sea, pido por favor que se abstenga de leer este blog y si le apetece fastidiar al prójimo con comentarios así, pues bien que lo haga, estos pasaran por moderación y serán borrados y nunca verán la luz aquí. Me parece un falta de respeto por los que si creen en estas cosas, para gusto los colores y todos tenemos derecho a creer en lo que queramos. Pues dicho todo, comencemos con las nuevas entradas, hoy os traigo una leyenda urbana sobre una criatura legendaria mesoamericana, que me recuerda mucho a los perros del infierno. Disfruten.


El Cadejo


Cadejo o El Cadejo es un animal legendario de la región mesoamericana, siendo muy conocido en las zonas rurales e incluso urbanas de Centroamérica.

Se dice que es un mítico perro (o dos perros, que generalmente se le aparece a quienes deambulan a altas horas de la noche y al cual se le atribuyen poderes misteriosos). Las diferentes versiones de la leyenda en Centroamérica describen a un cadejo de color blanco y uno de color negro (generalmente benigno y maligno respectivamente), o simplemente un solo cadejo negro (generalmente maligno).

La leyenda del Cadejo es el vestigio de una antigua creencia que supone que todo humano posee un animal de compañía. Este mítico animal es el doble del hombre, de tal manera que la enfermedad o la muerte del primero conllevan la enfermedad o la muerte del segundo. En la actualidad, se puede establecer comparaciones de lo anterior con el pensamiento cristiano, que expresa que el hombre tiene un ángel guardián que lo protege de los peligros. La creencia supone la existencia de un animal compañero para cada hombre. También este personaje tiene su resonancia precolombina maya en un espectro bienhechor guardián de los caminos.

Dicho animal acompaña al hombre en todos sus viajes solitarios por la noche; y en la versión de dos cadejos, el blanco lo protege y lo defiende contra los malos espíritus encarnados en el cadejo negro, color tenebroso que simboliza la muerte, o sea, el mal en todas sus manifestaciones.

La leyenda de El Cadejo o de Los Cadejos está presente en casi toda Centroamérica, en México, y al extremo sur en Argentina. Se trata de dos tipos de perros grandes, de centellantes ojos rojos, usualmente descritos como “espectrales” o “fantasmales”: el primer tipo de perro es blanco, está asociado al bien, y tiene un carácter protector, cuidando (desde las sombras o como una presencia que se siente pero casi nunca se ve) sobre todo a ciertos borrachos y a hombres que llegan a su hogar a altas horas de la noche; el segundo es negro, está asociado al mal, y ataca o mata a personas que son malas o muy inmorales. Según se cuenta, ambos tipos de cadejos son enemigos encarnizados, que cuando se enfrentan entablan salvajes combates, en los cuales siempre hay tiempo para que la persona, puesta en peligro por el cadejo negro, consiga escapar; no obstante, esto no sucede siempre, pues los cadejos negros generalmente atacan al tipo de personas que no protegen los cadejos blancos.


En la mitología mesoamericana existía la creencia en los nahual, que eran animales-espíritus que protegían a la gente. Según aquella creencia, cada persona, al momento de nacer, contaba ya con un nahual que lo guiaba y protegía. Paralelamente y también en México y Centroamérica, existía la creencia de que los xoloitzcuintle, un tipo de perros, acompañaban a las almas de los difuntos en su tránsito por el Mictlán o inframundo.

Posteriormente, cuando los españoles llegaron a América, trajeron consigo muchas leyendas europeas sobre perros fantasmas, sobre todo perros negros. Pero también trajeron el Cristianismo, con su creencia en los ángeles guardianes y en los demonios como seres que frecuentemente acechaban al ser humano, acercándose sobre todo a aquellos que estaban más alejados de la gracia de Dios y que, por su comportamiento pecaminoso, eran más propensos a ser abandonados por sus ángeles guardianes…
Ocurrió así que, en el proceso de colonización, ambas creencias se fusionaron, y crearon muchos mitoscomo por ejemplo la leyenda de los cadejos; la cual, como bien puede percibirse, mezcla elementos de cada una de las creencias mencionadas, tanto del lado europeo como del lado nativo. Por este motivo elcadejo blanco y el negro pelean interminablemente como los ángeles contra los demonios, y como los dioses Quetzacóatl y Tezcatlipoca.


Versiones de la leyenda en distintos países



Honduras

En Honduras se cree en ambos cadejos: el blanco, que protege a la gente de bien, y el negro, que ataca a las malas personas y a las buenas. Según se cuenta, el cadejo negro aparece a las 12:00; pero, cuando ataca, únicamente puede matar a las malas personas, pues la gente buena tiene la protección del cadejoblanco.


El Salvador

La leyenda dice que Dios, al ver todos los males que caían sobre la gente, creó una figura que inspiraba temor pero que tenía el fin de proteger: el cadejo blanco. Sin embargo, al ver lo que Dios había hecho, Satanás sintió envidia y ensañamiento contra Dios, y creó al cadejo negro para contrarrestar al cadejoblanco y frustrar los planes divinos. En la versión convencional, el cadejo blanco protege a todo aquel que se encuentre casualmente en su camino, mientras que el negro ataca a cualquiera que se le cruce; y, cuando ambos cadejos se encuentran, entablan un fiero combate.

Cierta variante salvadoreña de la leyenda, afirma que el cadejo negro se aparece a quienes deambulan a altas horas de la noche, que los persigue para aterrorizarlos, y después los hipnotiza con sus brillantes ojos rojos, robándoles finalmente el alma y dejándolos atontados por el resto de sus vidas, mal que en El Salvador se conoce como “haber quedado jugado por un mal espíritu”. Dentro de esta misma variante de la leyenda, se cree que el cadejo negro no puede robarle el alma a quien se le antoje, ya que el cadejo blanco protege a los creyentes y a los recién nacidos. Y por último, si alguien cree que no será protegido por elcadejo blanco, puede prender incienso pues el humo del incienso ahuyenta al cadejo negro.


México

En México la leyenda de El Cadejo se conoce sobre todo en el estado de Chiapas, dentro de la región de Soconusco, aunque solo se cree en el cadejo negro, no en el blanco.

Cuentan que el cadejo (cuando hablamos de México, se sobreentiende que es el negro) suele aparecer por las noches, y que delata su presencia por el hedor a putrefacción que mana, y porque cuando está cerca todos los perros en la zona lloran, como si el mismo Diablo estuviese llegando; y es que, según dicen, es tan perverso que devora a todas las crías de los canes, por lo que se recomienda esconder a los cachorros si se sospecha de su cercanía.

Pero si el cadejo negro se acerca, no todo está perdido: hay que caminar con los pies juntos (por más difícil y lento que se nos haga) y, si se acerca, escupir en la palma de nuestra mano y ofrecerle el escupitajo…
En cuanto a su origen, en la costa Chiapaneca se cuenta que entre la gente existen ciertos brujos que, mediante un hechizo, pueden materializarse y tomar la forma de cadejos negros, aprovechando ese estado para cometer fechorías como matar gallinas y otros animales, destruir cosas, aterrorizar, acechar mujeres, entrar a casas y robar (llevándose cosas en la boca), o, sobre todo cuando hay luna llena, deambular por calles oscuras y poco o nada transitadas, esperando entre las sombras a que algún incauto de malos pasos les encuentre y sienta el pánico de ver al colosal perro negro con sus colmillos afilados y sus ojos diabólicos… Según dicen, estos brujos-cadejos solo pueden transformarse a medianoche y bajo una ceiba o pochota (unos tipos de árboles), ya que en la simbología maya el Yaxché (una ceiba) era un puente entre el Cielo, la Tierra, y el Inframundo…

Lo anterior puede sembrar la duda de si todos los cadejos son brujos o sólo algunos, y la respuesta es que la leyenda dice que no todos son brujos, que hay otro tipo de cadejos que también fueron humanos, y hay cadejos que jamás fueron humanos.

Sobre los otros cadejos que fueron humanos, una parte de ellos fueron hijos maldecidos por sus padres, creencia esta que se origina de una historia en que un joven libertino fue maldecido por su padre y se convirtió en un alma en pena con forma de enorme perro negro cubierto de cadenas. También existe la historia de una mujer despechada que hizo un pacto diabólico para obtener una transformación y a partir de esa transformación vengarse de su novio que la engañaba. Veamos la historia de la joven despechada:
Jacinto y Margarita eran una pareja de novios que ya llevaban mucho tiempo juntos; él venía prometiéndole matrimonio desde algún tiempo atrás, pero cierto día desapareció sin decir nada y, cuando mucho después Margarita tuvo noticias suyas, se enteró de que se había casado con otra mujer… Sí, todo ese tiempo le había mentido, nunca la tomó en serio, y eso la llenó de ira y rencor, al punto de que hizo un pacto con el Diablo para que éste la transformase en un cadejo y así ella pudiese darle a Jacinto un tormentoso final…
El pacto entre el Diablo y Margarita funcionó, y ella comenzó a transformarse en cadejo cada noche, saliendo de casa y destrozando a dentelladas a todos los perros que se interponían en su camino; cada noche intentaba entrar a la casa de Jacinto, pero la puerta estaba cerrada y por ello se limitaba a intentar tumbarla y a arañarla. Sin embargo, cierto día Jacinto se reunió con amigos y vecinos para que le ayudasen a darle su merecido al cadejo que siempre iba a buscarlo. Esa noche esperaban a Margarita con palos, piedras, agua bendita y orina. Supieron que venía por el llanto y los ladridos de los perros en los alrededores, y cuando por fin sus embestidas y arañazos se escucharon en la puerta de Jacinto, alguien abrió la puerta, el cadejo entró y todos lo atacaron con una mezcla de miedo y furor, dejándolo al borde de la muerte…

Finalmente, una vez que el cadejo estaba en ese estado, en vez de darle muerte lo ataron a un árbol y lo dejaron colgado, a ver si era uno de esos cadejos-brujos. No obstante, todos se llevaron una gran sorpresa cuando, con el despertar del sol, la luz deshizo la intimidante apariencia del cadejo y entonces allí, agotada y colgada del árbol, estaba la despechada y ahora también humillada Margarita, que no dudó en confesar el pacto que hizo con El Maligno para vengarse del mentiroso de Jacinto…


Costa Rica

En términos generales, en Costa Rica se cree que el cadejo es un enorme y fantasmal perro negro, que tiene cadenas, brillantes ojos rojos, cola larga y muy poblada de pelo y, según algunos, patas de cabra y dientes de jaguar. Pero, pese a su aspecto, este ser cuida a los borrachos cuando regresan a sus casas, y espanta (sin atacar) a los niños desobedientes o que andan fuera de casa a horarios indebidos (en la noche).

Cierta versión costarricense de la leyenda, cuenta que hace mucho tiempo existía, en una pequeña comunidad, un sacerdote que, usando su autoridad moral y su elocuencia, deformó el sentido religioso y moral de la comunidad, conduciéndola al pecado. Como castigo a su mal proceder, Dios lo condenó por cien años (trescientos según algunos) a tener la forma de un perro negro, enorme y de ojos rojos. Cuando por fin acabó su tormento, el hombre estaba trastornado y no aguantaba la vida, así que se lanzó al cráter del volcán Poás, pero no murió de la forma en que esperaba, sino que su espíritu se quedó atrapado en el interior del volcán, en medio del magma, los vapores y las rocas, cual si ese fuese su propio infierno personal. A causa de eso, se cree que es él quien provoca los estremecimientos del volcán.

Otra versión costarricense, cuenta que existía un borracho que malgastaba casi todo su dinero en bebida y maltrataba a su familia, sobre todo a la esposa. El hijo mayor del borracho era muy inteligente y estaba cansado del comportamiento dañino de su progenitor, así que ideó un plan para castigarlo. El plan consistía en disfrazarse de monstruo con un cuero negro, y aparecérsele por las noches cuando regresase bien tarde en estado de ebriedad. La primera noche, el susto fue tal que el borracho casi se infarta, y como ya se insinuó, no fue la única vez, pues su hijo siguió asustándolo hasta que, cierto día, él se enfureció y reunió valor para tomar un machete y descuartizar a lo que sea que fuere aquello que por las noches se le aparecía… Así, esa noche, como todas las demás, el “monstruo” se le apareció y él sacó el machete y se abalanzó, pero la criatura retrocedió para esquivar el golpe y de ella salió algo que no se esperaba: la voz de su hijo mayor… “¡Papá, no me mates que soy tu hijo, era solo una broma!”, exclamó, a lo que él respondió maldiciéndolo: “¡De cuatro patas andarás toda la vida!”. Según se cuenta, cuando el joven murió, se transformó en un enorme y espectral perro negro, que sigue a los borrachos como su padre pero no les hace daño.

Finalmente, la tercera versión costarricense cuenta que existía un hijo menor (un “benjamín” o “cumiche”) que vivía en el libertinaje y el despilfarro, por lo que fue maldecido por su padre y se transformó en cadejo. En esta última versión, existe una historia muy interesante:

Había una vez una familia muy adinerada, religiosa, conservadora y de buen nombre, pero el hijo menor despreciaba los preceptos de sus mayores, no conocía lo que era la responsabilidad y, habiéndose acostumbrado a vivir en el lujo y la abundancia, se volvió mimado, arrogante, egoísta y muy libertino (borracho, jugador, mujeriego). Como era de imaginarse, satisfacía sus vicios con el dinero que su padre le daba, hasta que un día el padre se hartó y le dijo que no le daría nada de dinero hasta que no enmendase su comportamiento. Entonces, en lugar de corregirse, el hijo gastó todo lo poco que tenía guardado, y después comenzó a endeudarse para poder pagar el alcohol, las apuestas, y las mujeres. De ese miserable modo siguió subsistiendo, hasta que sus acreedores empezaron a hostigarlo más de lo que podía soportar, pero su solución no fue trabajar para pagar o pedirle perdón a su padre y solicitarle dinero para las deudas: no, lo que hizo fue entrar sigilosamente al cuarto de sus padres, a ver si no lo pillaban y conseguía sacar unos cuantos billetes de esos que su padre guardaba en un sitio que él conocía. Pero el intento de robo falló y su padre, al despertar y ver que el ladrón era su propio hijo, se enfureció tanto que llamó a sus sirvientes, pidiéndoles que lo ataran con cadenas y le dieran unos cuantos azotes; aunque ese no fue el peor castigo, sino la maldición que le hechó y que sorprendentemente se cumplió: “¡Perro maldito, de cuatro patas seguirás toda la vida!”


Guatemala

En este país, el cadejo es un gran perro fantasmal, de color negro o blanco y ojos como ascuas. Este ser cuida a los que se emborrachan, cuando intentan volver a casa o duermen en la calle, por lo que los sigue o duerme cerca de ellos para evitar que los roben o ataquen. Pero lo anterior es solo una creencia puntual, ya que en general hay cierta ambigüedad con respecto a los colores del cadejo y su actitud:

Por un lado, se cree que el blanco es bueno y el negro es malo, y que el blanco sigue a sus protegidos para cuidarlos del negro; pero, cuando aparece un tercer espíritu como La Llorona o la Siguanaba, o simplemente cuando aparece un maleante peligroso, ambos cadejos se unen para proteger a la persona… Entretanto, por otro lado se cree que el blanco cuida a las mujeres y a los niños, y el negro cuida a los hombres.

Finalmente, aumentando el carácter variopinto de las creencias guatemaltecas sobre el cadejo, se cree que, si éste (en su versión negra) llega a lamer la boca de alguien, lo seguirá durante nueve días causándole temor (sin atacar); y, si la persona lamida es alcohólica, jamás podrá abandonar su adicción…


Nicaragua

En Nicaragua se cree que el cadejo blanco (un perro grande, fantasmal, de ojos rojos) cuida a los hombres trasnochadores, siguiéndolos a corta distancia hasta que llegan a sus hogares y están a salvo. Como contraparte el cadejo negro, que en la versión nicaragüense tiene un collar blanco, siempre está deambulando por las noches, al acecho de trasnochadores, sobre los cuales se abalanzará, para golpearlos (aunque jamás los muerde), dejarlos sin sentido, y en un estado de tartamudez, insulsez e idiotez, que desemboca posteriormente en la muerte…

Como bien se ve, el cadejo negro de Nicaragua, aunque no muerda a sus víctimas humanas, es en última instancia un asesino; aunque, para contrarrestarlo, está el cadejo blanco ―hablamos genéricamente, en realidad son “los cadejos blancos” y “los cadejos negros”―, que luchará encarnizadamente con él, siempre venciéndolo. No obstante, la leyenda nicaragüense advierte de que no se debe despreciar al cadejo blanco: hay que tratarlo bien, ya que, si se lo apedrea o se lo intenta ahuyentar con gritos o de cualquier manera, actuará igual que el cadejo negro y la persona finalmente acabará muerta o, como se diría en Nicaragua, “jugada por el Cadejo”.

Por último, entre los indios nicaragüenses de Monimbó, se cuenta que los ojos de los cadejos “parecen candelas”, y que éstos nunca se cansan de caminar, por lo que pasan moviéndose toda la noche, hasta que el sol emerge en el horizonte y entonces, en vez de morir como los vampiros, desaparecen como los espectros que son.


Argentina

En Argentina hay una leyenda muy vinculada al cadejo, al punto de que muchos la cuentan como “la versión argentina del cadejo”: se le conoce como “El Perro Familiar” o el “Familiar”, sobre todo en las zonas rurales de las provincias norteñas. Asimilando a la leyenda del Familiar en la creencia en los cadejos, diríamos que solo existe el cadejo negro, que es enorme, tiene ojos rojos (o no tiene cabeza en ciertas versiones menos extendidas), porta cadenas, está asociado al Diablo pues es un demonio, y siempre aparece después de la medianoche, dando a conocer su proximidad por el ruido de las cadenas que arrastra y el llanto de temor que suscita entre los perros que se encuentran en sus proximidades… Según cuentan, El Perro Familiar (hay algunos, no es un ente único), una vez que se come a alguien, no para hasta devorar al resto de la familia de esa persona. ¿Cómo se originó esta creencia?, veamos:

La leyenda surgió en el siglo XIX, en el latifundio de la familia Hileret, en los alrededores de la ciudad de Lules, después se popularizó en la ciudad de Santa Ana y se expandió por todo el Noroeste de Argentina. La leyenda cuenta que el patrón de los Hileret hizo un pacto con el Diablo para ganar más dinero, y que así consiguió al “Familiar”, con el cual hacía desaparecer a sus empleados más rebeldes… Al respecto, el historiador Eduardo Rosenzvaig dijo: “Los peones estaban capturados de por vida por sus deudas, entonces la única forma que tenían de dejar el ingenio era fugándose. Los patrones tenían hombres armados que trataban de impedirlo; cuando agarraban algún fugitivo lo mataban para dar el ejemplo. Para que eso funcionase en la psicología de los peones se crea el mito: que en las noches de luna llena sale el Familiar. Y que el Familiar hace desaparecer al peón más rebelde”. Explicando mejor la expansión de la leyenda, ocurrió que en el siglo XIX muchos ingenios azucareros se hicieron con enormes sumas de dinero en poco tiempo, a la par que ciertos empleados desaparecían y jamás volvían… La gente del campo entonces se preguntaba: ¿cómo es que los patrones hacen dinero tan rápido?, ¿por qué justamente los peones más vagos y rebeldes son los que desaparecen? La respuesta para ellos, era que los patrones tenían pacto con el Diablo, quien los proveía de un Familiar, ese enorme perro-demonio que pasaba guardado en lugares oscuros y escondidos casi todo el año, pero cada cierto tiempo se encargaba de asesinar a los peores empleados… Por último, el Familiar pasó a convertirse en un ser aún más siniestro con la dictadura militar argentina denominada el Proceso de Reorganización Nacional, que acabó con muchos individuos y con familias enteras, usando cuando podía la leyenda del Familiar, a fin de lavarse las manos con respecto a las desapariciones…








domingo, 13 de abril de 2014

Leyenda Urbana - El Túnel de los Gritos

Hoy os voy a hablar de una leyenda urbana muy famosa en Estados Unidos y Cánada, existen dos variantes más de esta que os voy a contar aquí. Comencemos:

Cerca de las Cataratas del Niagara hay un pequeño túnel que tiempo atrás servía como paso peatonal entre las granjas que había en la zona. Es un estrecho y oscuro paso bajo la vía del tren que une Toronto y Nueva York, en el que habitualmente la niebla impide ver más allá de tu propia mano. En este túnel ocurrió un escalofriante crimen que dejó maldito el lugar y son cientos las personas que aseguran haber sentido una presencia cuando lo han atravesado. 

La leyenda dice que hace más de un siglo había algunas casas cerca de los alrededores del túnel. En una de ellas había una familia rota por el alcoholismo del padre, un hombre violento que descargaba toda la furia que sentía por su miserable vida golpeando a su mujer y su única hija cada vez que se emborrachaba. La mujer trataba de soportar las palizas y evitar que golpeara a su hija, poniéndose como escudo y diciéndose a si misma que su marido volvería a ser quien fue cuando se conocieron. Pero la situación no mejoraba y, temiendo por la vida de su pequeña, se armó de valor y decidió pedirle el divorcio.

El hombre al escuchar a su mujer que abandonaba la casa con la niña, se enfureció tanto que la amenazó con prenderle fuego a toda la casa con ellas dentro si trataban de salir de allí.La mujer al ver como el hombre agitaba una lámpara de aceite y la acercaba peligrosamente a las cortinas, decidió plantarle cara por primera vez en su vida y le comenzó a empujar mientras le gritaba fuertemente.

La reacción del hombre no se hizo esperar, lanzó la lámpara contra uno de los muebles, que de inmediato comenzó a consumirse, llegando las llamas hasta el techo de madera en cuestión de segundos. Se giró hacia su esposa y la derribó de un puñetazo, pero no contento con ello la continuó golpeando y pateando aunque ella estaba inconsciente en el suelo. La niña, al ver la escena, escapó presa del pánico, corriendo tan rápido como podía con la intención de llegar hasta la casa de sus vecinos que se encontraban al otro lado del túnel. Mientras corría, sólo se giró un segundo para ver como toda la casa comenzaba a arder mientras su madre aún estaba dentro y su padre salía con paso lento pero seguro con una lámpara de aceite apagada en la mano.

Pero su huida no tuvo éxito; ya que, cuando se encontraba a mitad del oscuro túnel, la niebla le impidió ver una piedra, con la que tropezó y cayó de bruces en el encharcado y frío suelo. Sentía un gran dolor en su tobillo y, por más que trataba de levantarse, el dolor la vencía y caía nuevamente. Ese lapso de tiempo fue aprovechado por su padre para alcanzarla.

La niña quedó paralizada por el miedo cuando observó como su enloquecido padre se acercó a ella y vertió lentamente todo el aceite sobre su diminuto cuerpecito. Entonces sólo un sonido más se escuchó en el túnel: el de una cerilla encendiéndose justo antes de que el padre la arrojara sobre la niña y la prendiera en llamas.

Los gritos de dolor de la niña fueron tan desgarradores que quedaron impresos por la eternidad entre las paredes de este túnel, que desde entonces se llama localmente “El Túnel de los Gritos” (Screaming Tunnel en inglés). El destino del padre nunca quedó claro, unos afirman que regresó a la casa ardiendo y entró nuevamente para arder en las mismas llamas que él había provocado, otros que desapareció y nunca fue detenido.

Lo que sí que es cierto, es que son pocos los valientes que se atreven a acercarse al Túnel de los Gritos de noche, pues cualquiera que entra puede sentir que hay algo negativo en su interior y una presencia les vigila. Se dice además que, si enciendes una cerilla en la mitad del túnel (el lugar donde ardió la niña), se puede escuchar un grito desgarrador y sentirás como una brisa apagará inmediatamente la llama, como si alguien hubiese soplado para que regrese la oscuridad a sus paredes…

En una de las otras dos versiones dice que la niña, escapando del incendio, corrió con sus ropas en llamas hasta el túnel donde finalmente se consumió en el fuego gritando y retorciéndose de dolor. Y en la otra que la niña fue violada en el interior del paso subterráneo y, para evitar que pudiera declarar en contra de sus violadores, éstos la prendieron fuego.

Lo cierto es que en ese lugar hay algo negativo y tenebroso ya que incluso los más escépticos afirman sentir algo vigilándolos mientras cruzan entre sus paredes bajo las vías del tren. Hoy por hoy se ha convertido en uno de los destinos turísticos obligados cuando uno va a visitar las Cataratas del Niagara, ya que su fama se catapultó aún más cuando el túnel se usó como escenario para la película “La Zona Muerta” (1983), basada en un relato de Stephen King.




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domingo, 6 de abril de 2014

Leyenda Urbana - Las Pulseras Negras

En Estados Unidos, cada vez que te internan en un hospital, colocan en tu muñeca, una pulsera blanca con tu nombre, para poder identificarte. Sin embargo, existen otras pulseras de colores diferentes, que simbolizan otras cosas. La leyenda que hoy nos ocupa es la de las pulseras negras, pulseras que son colocadas en las muñecas de las personas que acaban de fallecer. 


Aquí os dejo la leyenda urbana de las pulseras negras:


Thomas era un joven médico que trabajaba de interno en un frío hospital de Dakota del Norte. Su vocación y sus ganas de salvar vidas eran el único motivo por el que no caía rendido de cansancio en unas interminables guardias que podían prolongarse hasta 36 horas y que le dejaban exhausto.

Aquella noche había sido especialmente dura, el servicio de urgencias no tuvo ni un respiro y Thomas había tenido que encargarse por primera vez de una paciente sin el respaldo de otro doctor. Luchó por la vida de la chica, que no debía tener más de 22 años, durante más de dos horas, pero desde que llegó se había considerado un caso perdido y en el hospital decidieron priorizar a otros pacientes que tenían más posibilidades de sobrevivir. Los daños que había sufrido la joven en ese accidente de tráfico múltiple eran tan graves, que incluso si Thomas hubiese conseguido obrar un milagro y la chica hubiese sobrevivido, las secuelas hubiesen sido tan graves que probablemente habría quedado en estado vegetativo.

Los médicos más experimentados del hospital habían acudido en la ayuda de los otros accidentados y decidieron “bautizar” a Thomas con un caso imposible para que un primer “fracaso” le hiciera comprender lo dura que es su profesión y no empezara a creérselo demasiado. Además priorizando a otros de los heridos habían conseguido salvar la vida de tres personas, en lo que había sido el peor accidente de tráfico que habían registrado las carreteras de la región en meses.

Thomas era consciente de que la chica probablemente nunca tuvo posibilidades de sobrevivir, pero aún así se sentía destrozado por dentro y tuvo que tragar saliva para contenerse las ganas de llorar cuando le puso una pulsera negra a la fallecida. La pulsera negra era un protocolo de su hospital que servía para marcar a un difunto y señalar la hora y causas de su muerte. Normalmente eran las enfermeras quienes se encargaban de rellenar los datos y ponerle la pulsera antes de mandar a un cadáver a la morgue. Pero Thomas pensó que haciéndolo él, el recuerdo de su primer “fracaso” le serviría para aprender y avanzar en la que puede llegar a ser una de las profesiones más duras. Memorizó cada una de las facciones de la chica y la cubrió con una sábana para que uno de los celadores se la llevara en una camilla por un interminable pasillo que conducía al depósito de cadáveres.

Al finalizar su turno, Thomas parecía un zombi, su cara demacrada por el cansancio y el fuerte impacto emocional de perder a su primer paciente le habían dejado destrozado. No era la primera vez que alguien se moría en una mesa de operaciones frente a él, pero esta era la primera vez que él era el doctor al mando y el “único responsable”. En su mente repasaba todos y cada uno de sus movimientos y trataba de buscar cual fue su error o si había algo más que pudiera haber hecho. Pero incluso él mismo, sabía que su proceder había sido impecable y que cuando a alguien le llega la hora es imposible luchar contra el destino.

Cabizbajo y caminando casi dormido entró en el ascensor. Se dirigía a la séptima planta donde tenía su ropa, lo único que quería era cambiarse e irse a dormir a la residencia que estaba a pocas calles del edificio del hospital. Eran las cuatro de la mañana y el hospital parecía vacío, tan absorto estaba en sus pensamientos que casi ni se dio cuenta de que había alguien dentro del ascensor cuando entró. Una mujer le saludó:

-Uff y yo que creía que tenía mala cara, ¿chico pero que te ha pasado?

Thomas se giró y vio a una mujer de unos cuarenta años que le sonreía, estaba casi tan pálida como él y aunque no tenía muchas ganas de conversar la contestó.

-Hoy ha sido un día muy duro, no se ni como estoy todavía de pie. Además he perdido a mi primer paciente – le dijo mientras ponía un gesto que denotaba que estaba a punto de echarse a llorar.

-Pues por la cara que pones estoy seguro que has hecho todo lo que podías, no seas tan duro contigo mismo.

-Muchas gracias, probablemente mañana pueda verlo de otra forma – dijo Thomas mientras se giraba a ver porque se había abierto la puerta del ascensor en una planta que ninguno de los dos había marcado.
Al mirar fuera vio la silueta de una joven en mitad del pasillo, al terminar de abrirse la puerta del ascensor comenzó a girarse lentamente hacia ellos. Thomas al ver la cara de la chica dio un salto hacia atrás y pegó la espalda a la pared del ascensor mientras señalaba a la chica que había fuera y trataba de decir algo sin conseguir articular palabra. De repente pareció recuperar el control de su cuerpo y se abalanzó hacia el panel del ascensor presionando repetidamente el botón que cerraba las puertas. La mujer que había en el interior del ascensor se quedó mirándole perpleja cuando la puerta se cerró cuando faltaba menos de un metro para que la joven que había fuera entrara en el ascensor.

-E… e… esa chica – dijo tartamudeando del susto – yo mismo la vi morir, no pude hacer nada para salvarla y le puse esa pulsera negra.

La mujer que se había mantenido pegada a la pared sonrió y mientras levantaba el brazo le preguntó:

Thomas se giró a mirarla y vió como en su muñeca había una pulsera de color negro, idéntica a las que usan en el hospital. El joven médico se desmayó del susto y en su caída agarró fugazmente el brazo que le mostraba la mujer con la que había compartido la charla en el ascensor.

Minutos después encontraron a Thomas aún desfallecido en el suelo del ascensor. Todos atribuyeron su desmayo al cansancio. Pero él sabía que lo que había pasado era real, en su mano tenía una pulsera negra que había arrancado sin querer del brazo de la mujer que había en el ascensor mientras caía desmayado. Al revisar la pulsera pudo comprobar que la mujer había fallecido dos años antes en un accidente de tráfico muy similar al de la chica que quiso salvar.

Espero que os haya gustado.

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miércoles, 2 de abril de 2014

Leyenda Urbana - This Man

Vamos a hablar de una leyenda urbana de la actualidad bastante interesante, con la cual quizás podríamos ver o quizás creer o pensar los experimentos que hacen con nosotros sin que nosotros mismos lo sepamos. ¿Habéis soñado alguna vez con este hombre? ¿Habéis oído hablar de este tema? ¿Alienígena quizás? ¿El hermano de Slenderman? Vamos a ver que es esto:



This Man


Es un rostro que ha aparecido en los sueños de miles de personas provenientes de distintos países. Su mirada es serena, su boca amplia, su frente ancha, tiene poco pelo y cejas arqueadas y pobladas, encima de sus ojos grandes, negros e impenetrables. Unos creen que es el rostro de Dios, otros que es un arquetipo del inconsciente colectivo; y, la mayoría, que es la cara de un poderoso psíquico.

Corría el mes de enero del 2006, en Nueva York, y un importante psiquiatra, al igual que otros días, abría la puerta de su consultorio para recibir a una conocida paciente. A diferencia de otros días, esta vez la mujer le pidió una hoja en blanco para dibujar el rostro de un hombre al que afirmaba haber visto varias veces en sus sueños. Jamás lo había visto despierta: ni en persona, ni en televisión, internet, revistas, libros o algún otro medio. El extraño hombre pertenecía únicamente a su vida onírica, y sin embargo solía darle consejos sobre su vida personal, mostrando así que conocía abundantes detalles de la misma.

Durante aquella consulta, la mujer y el psiquiatra hablaron del misterioso sujeto, pero después el psiquiatra dejó el dibujo de la paciente sobre el escritorio, olvidando el tema hasta que cierto día, otro paciente que entraba por primera vez desde que el dibujo había sido hecho, se fijó en el retrato del enigmático hombre y le dijo que él conocía al hombre del dibujo, que lo había visto varias veces en sus sueños, pero jamás se lo había encontrado mientras estaba despierto.

Como buen profesional, el psiquiatra vio que el hombre decía la verdad (fijándose en el movimiento de sus manos, en la dilatación de las pupilas y en otros detalles), y eso lo dejó intrigado y pensativo en torno al hombre del retrato, por lo cual decidió enviar copias del dibujo a algunos de sus colegas psiquiatras que tenían pacientes con sueños recurrentes.

Un par de meses después, el psiquiatra se enteró de que cuatro personas más, todas pacientes de los colegas a los cuales envío el retrato, habían reconocido al misterioso hombre, afirmando haberlo visto varias veces en sueños, pero nunca en la realidad. Nadie le ponía un nombre al hombre de los sueños, todos se referían a él como “this man” (“este hombre”), de modo que “This Man” acabó transformándose en la forma más común de designarlo.

Todo lo anterior tuvo lugar en el 2006, pero actualmente existen alrededor de 2.000 testimonios de distintas personas que han visto en sueños a This Man, y esas personas ya no son solo estadounidenses sino gente de ciudades como Berlín, Sao Paulo, Teherán, Pekín, Roma, Barcelona, Estocolmo, París, Nueva Delhi, Moscú entre otras.

Todavía los expertos no han podido encontrar rasgos comunes o vínculos verificables entre quienes han visto a This Man; y, paralelamente, no se ha reportado ningún hombre vivo cuyo rostro coincida con el inquietante hombre que tantos han visto al dormirse.

Sueños

Los sueños reportados sobre This Man son tantos que podría hacerse un libro con ellos, aunque no todos se pueden encontrar en la web y, de aquellos que sí se pueden encontrar, hemos elegido tres a modo de ejemplo, poniéndolos exactamente en las palabras con que fueron referidos por las personas que los vivieron:

Sueño1: “Yo vi a este hombre en mi sueño, vestido como Santa Claus. Cuando apareció me sentí tan feliz, al igual que cuando yo era una niña pequeña. Entonces me sonrió y su cabeza se convirtió en un globo, flotando en el aire por encima de mí, pero no importó el esfuerzo con que traté de atraparlo, no pude llegar a él.”

Sueño2: “He visto a este hombre en tres sueños completamente diferentes. Era ligeramente diferente de la imagen, pero lo reconocí inmediatamente. Él apareció repentinamente y desapareció de la misma manera. Su mensaje en todos mis tres sueños fue: “Se acabó”. Eso fue repetido tres veces en cada uno de los sueños. Las diferencias entre la imagen y el hombre de mis sueños son: su el pelo era un poco más largo en la parte superior; sus cejas no eran tan tupidas. Fuera de eso él es idéntico. No tuve miedo de él, pero sí  muchas preguntas.”

Sueño3: “He tenido este sueño recurrente desde hace algunos años. Un hombre alto, moreno, me muestra una foto y me pregunta si puedo reconocer a mi padre en ésta. El hombre de la foto es este hombre que nunca he visto antes, él no se ve para nada como mi padre, sin embargo, yo inexplicablemente respondo que reconozco a mi padre. En este punto, por lo general me despierto sintiéndome muy tranquilo. Otras veces el sueño continúa, y yo estoy delante de la tumba de mi padre, pongo algunas flores en el suelo, y me doy cuenta de que la fotografía sobre la lápida está perdida.”


Teorías 


Teoría del arquetipo: Esta teoría parte del Psicoanálisis de Carl Gustav Jung, quien sugirió que existía un inconsciente colectivo además de un inconsciente personal. Así, viendo que a lo largo de los siglos había imágenes mitológicas que se repetían con ligeras variaciones irrelevantes en distintas culturas, Jung planteó que existían complejos psíquicos, que estos complejos representaban a tendencias innatas, formas de responder a la realidad y de organizar la vida psíquica interna, y que a su vez estos complejos psíquicos producían una serie de patrones de formación de símbolos, siendo así que estos patrones de formación, por responder a los complejos psíquicos, se repiten en diversas épocas y culturas, tendiendo a producir mitos e imágenes simbólicas similares. Aplicando esto al enigma del hombre de los sueños, se ha dicho que This Man es una imagen arquetípica (modelo o ejemplo del cual derivan otros tantos), que a diferencia de otras imágenes arquetípicas no se plasmó en mitos o leyendas, sino que permaneció en el inconsciente de las personas, apareciendo solamente en sueños.

Teoría religiosa: Esta teoría dice que This Man es una especie de metáfora humana de Dios. Lógicamente Dios es infinito y no tiene rostro concreto, pero los rasgos de nuestras caras tienen, al menos según disciplinas orientales como la Lectura de Rostros, determinados significados psicológicos, siendo así que, por ejemplo, los ojos pequeños indicarían algo distinto sobre la persona que aquello que indicarían los ojos grandes. De acuerdo con eso, la cara de This Man tiene rasgos que representan la divina personalidad de Dios; y, si muchos han soñado con esta cara, es porque intuyen el simbolismo de esos rasgos a través del sexto sentido, o bien porque Dios ha querido revelar cosas sobre su esencia a través de los sueños con This Man.

Teoría del “dream surfer”: Esta teoría tiene el respaldo de diversos experimentos parapsicológicos que sugieren la existencia de la telepatía y el hecho de que ésta es mucho más fácil de ejercer cuando el receptor del mensaje telepático está dormido, principalmente cuando está dormido y en fase REM, que es la fase en que se producen los sueños (no soñamos todo el tiempo que dormimos) y en que la mente psíquica está más receptiva. De acuerdo a lo anterior, This Man sería un poderoso psíquico que se ha introducido en los sueños de muchas personas a través de la telepatía onírica (telepatía ejercida cuando el receptor duerme). Sin embargo, en este punto unos sugieren que el rostro de This Man es el rostro del psíquico, mientras otros piensan que el psíquico tiene una cara diferente y que por razones desconocidas envía el rostro que tantos han visto en sueños. Aparte de esa divergencia, también se ha planteado que detrás de las emisiones telepáticas podría estar una gran empresa con un plan de acondicionamiento mental.

Teoría de la imitación: Este planteamiento escéptico dice que no hay nada paranormal en los sueños con This Man, que simplemente se han repetido porque las personas, al enterarse de This Man, a veces se impresionan mucho y lo ven en sus sueños, tendiendo con esto a hablar de su experiencia, sugestionando a otros y aumentando la posibilidad de que éstos también sueñen con This Man, dándole así cada vez más poder para impresionar y sugestionar.

Teoría del día a día: Esta teoría dice que, durante la vigilia, hay ciertos rostros que vemos y que no recordamos con claridad. No importa si no les damos importancia, estos quedan en nuestro subconsciente y tienden a aparecer en nuestros sueños, donde intentamos clarificarlos a través de una especie de esquema general de rasgos faciales, el cual, en el caso de rostros masculinos no identificados, supuestamente se correspondería con This Man, al menos en muchos casos.


Lo referido hasta aquí parece sorprendente, y sin embargo ha llegado el momento de decir que, tanto la historia inicial como los ejemplos de sueños y las teorías, son todas ellas cosas que aparecieron en la web www.thisman.org, concebida para recoger las experiencias de quienes lo ven en sueños, así como para concienciar a las masas sobre el fenómeno y abrir la puerta a su posible esclarecimiento. Esto al menos en apariencia, ya que la web nunca menciona el nombre del psiquiatra de New York ni de los colegas suyos que fueron informados sobre This Man, así como tampoco da nombres de quienes han soñado con This Man ni de los expertos o las organizaciones que han estudiado el asunto, pues supuestamente ha sido estudiado. Lo único indiscutiblemente real que presenta la web thisman.org, es la sorprendente recolección de noticias sobre This Man, de menciones que diversos medios de comunicación han hecho sobre el misterioso hombre de los sueños, cuyos carteles (carteles con su rostro y la información de que ha sido visto por muchos en sueños) han aparecido en distintas ciudades, y de eso nadie duda porque hay fotografías. Todo esto ha llevado a pensar que This Man es uno de los mayores fraudes jamás hechos, y actualmente se sabe que la web thisman.org fue un experimento social creado por el publicista y sociólogo Andrea Natella, dueño de la agencia publicitaria del sitio web guerrigliamarketing.it. Según Natella, This Man responde al propósito de su agencia publicitaria, la cual, en palabras suyas, “utiliza técnicas no convencionales de comunicación, como la creación de eventos ficticios o campañas a través de las cuales entrar al mercado, llegando a los límites de la legalidad.”


Más información acerca de esta leyenda y pruebas del engaño en: Leyendas Urbanas


Espero que os haya gustado.

Muchas Gracias por vuestras visitas y Hasta la próxima ^_^

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domingo, 9 de marzo de 2014

Leyenda Urbana - La Futakuchi-Onna

La Futakuchi-Onna pertenece a la familia de los yokai (espíritu malo de la mitología japonesa) y tiene el aspecto de una mujer que, por debajo de sus cabellos y algo más arriba de la nuca, tiene una segunda boca completamente funcional (con labios, dientes y lengua). Normalmente es idéntica a su primera boca según la creencia general, aunque otras veces se muestra con un aspecto mucho más escalofriante y grotesco, dientes afilados y un tamaño desproporcionado. Esta segunda boca tiene vida propia, pues al parecer está animada por un espíritu vengativo, que la impulsa a atormentar a su dueña, gritando o chillando si esta no la alimenta directamente o se acerca a los alimentos y no le ofrece, ya que el poder de esta maldita boca secundaria le da la facultad de manipular los cabellos de la mujer para usarlos como tentáculos que usa hábilmente para proporcionarse comida. Según la leyenda, la boca está allí como una forma de castigo a la mujer que lo sufre, normalmente por no comer suficiente o comportarse de forma egoísta con la comida.

Al igual que otros seres mitológicos de aspecto humano, la Futakuchi-Onna suele pasar desapercibida por aquellos con quienes convive y, por lo general, es descubierta después de que una o más personas se percatan de que los alimentos están desapareciendo misteriosamente en proporciones alarmantes, ya que la segunda boca de la Futakuchi-Onna come el doble de lo que come su anfitriona (la mujer en la cual está, a modo de condena…).

Como ya se dio a entender, y es esto lo que resulta más aterrador en la leyenda, la segunda boca de la Futakuchi-Onna tiene conciencia propia y piensa o, para ser más precisos, piensa el espíritu rencoroso y castigador que la controla… Por esto, esta boca viviente no solo puede gritar, chillar y manipular los cabellos de la mujer, sino que además es capaz de obligarla a cometer casi cualquier tipo de acción, incluso un crimen, y la torturara psicológicamente si se niega, murmurando constantemente y avivando el sentimiento de culpa en la mujer, achacándole la falta moral que la llevó a tener una segunda boca y convertirse en un monstruo…

La historia del avaro:

Esta historia, pasada de generación en generación como una viva advertencia de los castigos sobrenaturales que puede recibir la tacañería, cuenta que, hace mucho tiempo, vivía en un pueblo un artesano muy trabajador, que estaba aún en edad de tener mujer e hijos, y gozaba de cierta holgura económica porque había renunciado a casarse, no porque fuera muy religioso o porque no le gustaran las mujeres, sino porque le producía una profunda aversión la idea de tener que mantener a una mujer, de tener que pagar una boca más… Su dinero era su dinero, era el dinero que conseguía con su esfuerzo, y no quería compartirlo con nadie, pues deseaba poder disfrutarlo él solo, comprándose buena ropa y cosas que, de tener una boca que mantener, seguramente no podría gozar.

No obstante, todo cambió cuando, cierto día, en el pueblo apareció una nueva habitante, que vino sola, sin esposo, padres, hijos, o tipo alguno de compañía. Esta mujer tenía la piel tersa, blanca como la nieve, los cabellos largos y sedosos, y el rostro inundado por una belleza digna de ser retratada por la mano de un hábil pintor. Apenas la vio, el artesano quedó embelesado; sin embargo, lo que realmente le hizo desearla con intensidad y quererla para sí, fue el enterarse, tras un par de días, que la mujer comía sumamente poco, tan poco que, tenerla en casa, acarrearía un gasto económico insignificante en comparación con todo lo bueno que podría obtener con su compañía. Así, el artesano empezó cortejarla hasta que finalmente la convenció para casarse y la llevó a vivir con él.

Inicialmente todo fue alegría, pues la mujer era una compañera agradable y entretenida, y además el artesano veía con gran complacencia que, efectivamente, eran muy ciertos los rumores sobre lo poco que comía. No obstante, el tiempo pasó y el hombre se percató de que sus reservas de alimentos estaban disminuyendo de manera misteriosa, y en cantidad tal que era como si, además de él y la mujer, viviesen dos personas más en la casa, aunque sabía que no habían entrado a robarle porque, justamente por lo aferrado que era a sus posesiones, cuidaba muy bien que nadie entrara a su hogar. Entonces: ¿acaso su esposa se estaba comiendo la reserva cuando él no la veía, cuando dormía o no estaba?… Eso le resultaba un poco difícil de creer porque ella seguía siendo tan delgada como cuando la conoció, y ya debería estar como un luchador de sumo si comiese tanto; sin embargo, se decidió a espiarla para disipar sospechas, de modo que, cierta mañana, fingió ir al trabajo y se quedó escondido en casa…

Lo que vio lo dejó sin palabras, lo horrorizó, y habría gritado si no fuese porque temió perder su vida. Y es que allí, en la cama donde durmió tantas noches con aquella mujer de piel blanca como el marfil, yacía una cosa horrenda, inimaginable, que él no alcanzaba a entender cómo no pudo sentir con sus manos al acariciarle la cabeza a su esposa… Era una boca, con lengua, dientes y labios, una boca viviente que su mujer tenía en la parte de atrás de la cabeza, por encima de la nuca. Esta boca murmuraba cosas que él no alcanzaba a oír, pero creyó que eran acusaciones porque su mujer lloraba con cara de remordimiento, mientras la boca controlaba los cabellos de ella como si fuesen tentáculos, hasta que la mujer se levantó y se acercó a un plato de arroz, y entonces la boca viviente usó los cabellos para agarrar una cuchara y engullir con voracidad la comida…

Fue lo más espantoso que jamás vio en toda su existencia, y unos días después pensó en divorciarse de su esposa, pero la segunda boca intuyó el plan y lo sorprendió en la bañera, llevándoselo a las montañas para matarlo, aunque allí él consiguió escapar y se escondió entre las hierbas y el agua verdosa de un pantano, donde permaneció hasta que su endemoniada mujer desistió y se marchó. Esta es la versión más conocida del final: en la otra, la mujer lo encuentra y lo asesina, devorándole el rostro lentamente con su boca secundaria…

Existen cuatro versiones sobre la procedencia de la segunda boca que caracteriza a estos monstruos, cada una podría considerarse una leyenda independiente aunque todas tienen puntos en común.


  • La mujer que no come: En la actualidad se le llama “anorexia”, pero siempre hubo mujeres que se privaban de comer pudiendo hacerlo para mantener la línea: así, cuando enfermaban gravemente, a veces eran castigadas por las fuerzas que gobiernan el mundo sobrenatural, y el castigo era la aparición de una boca viviente que las obligaba a comer…
  • La mujer que no alimenta a los hijastros: Cuentan que, cuando una madrastra no alimenta a sus hijastros y sólo da de comer a su propia descendencia, es gravemente castigada si esa conducta causa, directa o indirectamente (haciéndolo más proclive a enfermarse y no recuperarse de las enfermedades), la muerte de un hijastro o una hijastra. Entonces le cae una terrible maldición, en la que el espíritu del difunto hijastro o hijastra entra en ella, en su cabeza, donde la atormenta murmurando cosas, y haciéndole crecer una segunda boca que comerá mucho más de lo que le fue negado en vida. Esta creencia se relaciona con una conmovedora historia, en la que una madrastra malvada tenía una hija y una hijastra. A la hija la trataba bien, y le daba de comer en abundancia, en detrimento de la relegada hijastra a la que apenas daba lo suficiente para evitarle la muerte; sin embargo, esto fue mermando la salud de la criatura, que se enfermaba constantemente y un día falleció… Después, pasados unos 49 días (el tiempo máximo en que el alma está en el más allá antes de reencarnar, según el budismo), la madrastra empezó a sentir terribles dolores en la parte posterior de su cabeza: sentía que se le estaba abriendo el hueso, que algo le estaba creciendo, y a veces le parecía escuchar la voz de la hijastra en su cabeza, hasta que un día se despertó y tenía una boca en la parte que le causaba los dolores… Esta boca hablaba con la voz de la hijastra, pues estaba animada por su espíritu que, sediento de venganza, le exigía los alimentos que en vida no le dio, pero en mucha mayor cantidad…
  • La madre egoísta: Parecida a la versión anterior, una creencia dice que la maldición de la boca viviente también cae sobre todas las madres que, bien por tacañería, por glotonería o ambas cosas, se alimentan bien sólo ellas y a sus hijos no dan casi nada de comer, haciendo que se enfermen y mueran. A ellas, les viene la condena de que, el espíritu del hijo difunto, les atormentará bajo la forma de una boca viviente en la parte posterior de la cabeza…
  • La esposa del leñador: Esta versión no se generaliza y se relaciona con una historia particular, en la que un leñador estaba un día cortando un árbol, cuando de pronto su esposa se acercó y él, sin querer, le dio un hachazo un poco por arriba de la nuca… Esto no mató a la mujer, pero la herida nunca sanó, y una boca viviente creció en su lugar…


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Una Muerta en el Autobus

Esta leyenda urbana que os traigo hoy es de las pocas que son reales en su mayor parte de la historia, además de que ha habido muchos casos así, ya sean en un autobús, avión, etc.

Espero que os guste esta nueva entrada de hoy y esta nueva leyenda urbana que llega al blog.


Una muerta en el autobús - Leyenda Urbana


Un autobús de servicio nocturno hacía su ronda por el centro de la capital, aunque en fin de semana solía ir lleno de jóvenes que regresaban de fiesta, entre semana el transporte no llevaba a mas de tres o cuatro personas en cada viaje.

Sandra era una de esas trabajadoras noctámbulas que terminaban su jornada laboral al amanecer, pero hoy había tenido suerte y se pudo escapar un par de horas antes de la empresa donde trabajaba como teleoperadora. Mientras subía al autobús iba pensando que con un poco de suerte podría dormir del tirón y levantarse a una hora “normal”, como el resto de sus conocidos, para pasear por el parque a la luz del sol. Como echaba de menos hacer vida diurna, pero por desgracia su trabajo por la noche era agotador y en más de una ocasión los jefes les obligaban a hacer unas horas extras, que por supuesto no se reflejaban en su sueldo.

El conductor de la ruta ya era un habitual, pero la verdad es que Sandra no era muy dada a hablar con desconocidos por lo que al “picar” su billete intercambio una sonrisa con él y continuó avanzando. Sentada en la parte central del autobús, luchaba contra el sueño mientras trataba de mantenerse despierta, no quería pasarse de su parada y acabar en la otra punta de la ciudad. Como casi siempre el transporte estaba casi vacío, sólo un chico con aspecto de universitario escuchando música con su ipod mientras ojeaba cientos de hojas de apuntes.

Sandra miraba aburrida por la ventana cuando sintió que el autobús se detuvo a recoger otros pasajeros. Dos hombres subieron colgando de sus hombros a un mujer que parecía inconsciente, muy probablemente se hubiera pasado con la copas y sus amigos la estuvieran llevando a casa, era el pan nuestro de cada día durante el fin de semana pero un martes era más extraño ver un espectáculo como aquel.

Los hombres avanzaron de lado por el pasillo mientras la mujer parecía envolver con sus brazos el cuellos de sus acompañantes, sin duda estaba totalmente inconsciente porque arrastraban sus pies por el suelo con cada paso que daban hasta el fondo del autobús. Una vez allí se sentaron en la última fila uno a cada lado de la mujer. Su aspecto desaliñado y el pelo cubriendo su cara impedían ver si se encontraba bien. Pero Sandra que no tenía mucho más que hacer lanzaba miradas furtivas a los extraños compañeros de viaje.

Los tres se mantenían en silencio y los hombres parecían un tanto agitados, probablemente por tener que cargar a cuestas a la mujer, que francamente tenía unos kilitos de más, cuando descubrieron que Sandra les miraba continuamente le lanzaron una mirada tan fría e intimidatoria, y se dijeron algo el uno al otro que no alcanzó a escuchar. De inmediato bajó la cabeza y asustada no se atrevió a mirar de nuevo hacia atrás.
Pero pasados unos minutos su curiosidad pudo a su miedo y se acordó que tenía un set de maquillaje en el bolso, sacó un pequeño espejito y empezó a buscar el ángulo para mirar que hacía el trío sin ser descubierta. Los hombres estaban distraídos mirando por las ventanillas como intentando descubrir donde estaban o buscando algún lugar. La mujer que ya no estaba rodeando con los brazos los cuellos de sus acompañantes y se había recostado en el asiento, parecía que se había despertado y  miraba hacia ella. Sandra aprovechó que los hombres no podían verla para girarse a mirar a la mujer.

Casi se cae al suelo del susto cuando vio la cara de la mujer con la boca totalmente abierta y los ojos como platos mientras la miraba, nuevamente agachó la cabeza y se giró al frente. El aspecto de la mujer la había dejado impactada, la miraba como con ojos de terror y tan fija y fríamente que parecía una muñeca. Sin poder evitarlo miraba por el espejo qué sucedía una y otra vez, pero la mujer no dejaba de mirarla, inmóvil.
Mientras se giraba nuevamente a ver que sucedía sintió una mano en el hombro que casi la mata del susto, era el chico del ipod que se había levantado mientras ella estaba distraída. Con una cara de miedo que Sandra nunca podrá olvidar la miró y la susurró al oído.

“Bájate conmigo en esta parada y por lo que más quieras no mires a la gente que está sentada detrás”
Sandra sintió algo en su tono de voz que no le hizo dudar que el chico estaba muerto de miedo y debía obedecerle. Ambos bajaron en la siguiente parada, con la cabeza agachada y sin mirar a los extraños personajes que se habían sentado en la otra punta del autobús.

El autobús continuó su viaje y cuando sintieron que ya se había alejado lo suficiente el chico se giró hacia Sandra y le dijo:

“Esa mujer estaba muerta, esos locos la llevaban como si estuviera borracha o desmayada pero estaba muerta, estoy estudiando medicina y te puedo asegurar que presentaba claros indicios de rigor mortis. Estaba totalmente rígida y tenía la cara y las manos moradas. Esos psicópatas la llevaban paseando por la ciudad como si tal cosa. Tenemos que llamar a la policía”


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*Leyenda Urbana obtenida de: Leyendas Urbanas

lunes, 4 de noviembre de 2013

El Rokurokubi

El Rokurokubi es un yōkai que se encuentra en el folclore japonés. Durante el día parecen seres humanos normales, pero por la noche adquieren la habilidad de estirar su cuello a grandes longitudes como una serpiente. También puede cambiar su rostro al de un espantoso oni (ogro japonés), para asustar mas a los mortales.

Durante el día, cuando están en su forma humana, los rokurokubi suelen vivir desapercibidos y pueden tener incluso cónyuges mortales. Muchos rokurokubi están tan acostumbrados a llevar una vida normal que hacen lo imposible para guardar su condición sobrenatural en secreto. Pero son embaucadores por naturaleza, y tienen una necesidad de asustar y espiar a los seres humanos que les es difícil de resistir. Se dice que uno puede ser un rokurokubi sin conocer su propia naturaleza, creyendo ser seres humanos realmente, y solo se transforman en las noches mientras duermen de manera inconsciente, recordando que en sus sueños veían la habitación u otros lugares en un ángulo extraño. A menudo, los rokurokubi son verdaderamente siniestros, ya que se comen a la gente o beben su sangre en lugar de limitarse a asustarlas.Se asemejan a los tanuki por la característica de jugarle bromas a los seres humanos.

En su forma humana durante el día, las Rokurokubi suelen pasar desapercibidas y pueden tener incluso cónyuges mortales. Algunas aprecian su vida diurna como humanas, y su naturaleza de yōkai las atormenta. Están tan acostumbradas a llevar una vida normal, que hacen lo imposible para  guardar su condición sobrenatural en secreto. Pero su naturaleza se impone, despertando en ellas la necesidad de asustar y espiar a los seres humanos que les es difícil resistir. Algunas se le presentan únicamente a borrachos y a ciegos, o aprovechan cuando la persona esté durmiendo; evitando así ser descubiertas. La mayor parte de las veces merodean por la casa para alimentarse; ya sea acechando a los habitantes o a las mascotas para succionar así su energía vital; sino subsisten lamiendo el aceite de las lámparas de papel o cazan pequeños insectos. 

Hay mujeres que viven como Rokurokubis sin saberlo, ya que mientras duermen aunque el cuerpo no se mueve, sus cuellos se estiran de manera involuntaria, así la cabeza puede moverse a lo largo de la casa para absorber la vida de la gente y los animales. La única evidencia de ello son los recuerdos de extraños sueños en donde miran a su alrededor desde perspectivas antinaturales. Y las marcas de estrías pálidas sobre la piel de su cuello debido al estiramiento.

Las Rokurokubi son seres humanos que nacieron con esa maldición debido al mal karma acumulado por haber quebrantado varios preceptos del Budismo en vidas pasadas. En este caso son seres más siniestros ya que no solo gustan de asustar a la personas, sino que además son verdaderamente siniestras llegando hasta el punto de beber la sangre de sus víctimas o asesinarlas para comérselas. Sus presas predilectas son aquellas otras que igualmente han ignorado la doctrina budista, como los borrachos, adúlteros, asesinos, ladrones y corruptos; o los hombres en general.

También existen hombres con las mismas capacidades pero se les llama Rokurokubei.

Estos seres han sido llevados a la televión en animes como Rosario + Vampire en el cual uno de los personajes extra es un rokurokubi. También parece que ha sido llevada al cine japonés en alguna ocasión.


 Espero que os haya gustado esta nueva entrada.



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