En
muchas sociedades tribales se creía que el reflejo humano en el agua
era el alma, ya que se pensaba que ésta podía existir separada del
cuerpo. Pero también se creía que en los ríos y en los lagos
habitaban los espíritus de las aguas y que éstos podían atrapar el
reflejo humano y capturar su alma. De ahí surge probablemente la
creencia en diferentes latitudes de que la persona que ve en sueños
su reflejo morirá pronto y también la superstición relativa a su
poder para robar el alma. Así se explica la extendida costumbre de
quitar los espejos de los cuartos de los enfermos, por si el espejo
se lleva el alma de las personas debilitadas.Dar la vuelta o quitar
un espejo cuando alguien fallece es otra
costumbre derivada de la
misma idea: todo aquél que se mire en él tras la muerte de una
persona morirá pronto. Según una de estas creencias más populares,
si un espejo se rompe sobrevendrán siete años de desgracias.
Asimismo, un espejo que se rompe al caerse sin que nadie lo toque es
señal de la muerte inminente en un hogar. Sin embargo, existen
varios antídotos para las desgracias que pueden sobrevenir si se
rompe un espejo. Uno de ellos consiste en enterrar los trozos rotos
bajo tierra y otra en lanzarlo a una corriente que fluya en dirección
sur, de esta forma las aguas lavarán el maleficio. Los chinos tenían
la costumbre de colgar pequeños espejos en las casas para ahuyentar
a los espíritus maléficos -se llevarían un buen susto al verse
reflejados en ellos-, en cambio en otras culturas se cree que los
demonios y vampiros no se reflejan en ellos porque carecen de alma.
Mientras que los antiguos aztecas protegían sus hogares de las
brujas por la noche dejando un cuchillo en un cuenco de agua en el
umbral, en la Europa de principios de siglo XVII se puso de moda
llevar pequeños espejos en los sombreros para evitar los rayos del
mal de ojo. En Italia se le ponía veneno al espejo si una bruja
especialmente maléfica se había mirado en él.Las supersticiones
también se extienden al campo de la adivinación. Una muchacha que
mire el reflejo de la Luna en un espejo podrá saber cuándo se
casará; si este rito se realiza en Halloween, la joven tendrá
además una visión de su futuro esposo. En el paganismo se invoca a
las entidades sobrenaturales a través del espejo. Pero con la
llegada del cristianismo y sus creencias en un Dios benévolo y un
demonio malévolo, el espejo se convierte en un instrumento negativo
por el temor a que el maligno se asome a él ejerciendo el poder de
la tentación.Llega la Edad Media, y con ella las persecuciones de
todo tipo. El espejo comienza a considerarse un objeto que refleja y
alimenta la vanidad de la mujer, convirtiéndose en un instrumento
infame.Pero
la leyenda de los espejos mágicos de los cuentos ya se narraba
antiguamente, por su capacidad para duplicar la realidad, los
espejos han sido siempre un medio de acceso para la magia y lo
sobrenatural, y ya en la Antigüedad el arte de la adivinación por
medio de espejos, conocido como cristalomancia, era practicado por
magos y aurúspices de muchas culturas. Las antiguas brujas de Tesalia
escribían sus oráculos en espejos con sangre humana. Se cuenta que
enseñaron a Pitágoras a adivinar sosteniendo un espejo en dirección
hacia la Luna. Este tipo de adivinación adoptó formas muy
sofisticadas a lo largo del tiempo y no sólo se utilizaban
recipientes de plata, piedras preciosas y agua en un cuenco, sino
también las uñas de los dedos muy pulidas. Los espejos muy bruñidos
y pintados de negro en el lado convexo se consideraban excelentes
instrumentos para desarrollar la clarividencia, de forma similar al
uso de una bola de cristal. Catalina de Médicis y Enrique IV tenían
espejos mágicos a los que consultaban con frecuencia. Alberto Magno
y Cornelio Agrippa hacían predicciones con un espejo, así como
Cagliostro. También John Dee, el mago real de la reina Isabel I de
Inglaterra, utilizaba un huevo de cristal y un espejo negro de
obsidiana. Un procedimiento habitual entre los adivinos consistía en
sumergir un espejo de metal en el agua y según se viera el reflejo
-desfigurado o claramente definido- se auguraba si la persona iba a
vivir mucho o a morir. En la Edad Media se creía que las imágenes
formadas en un bola de cristal o en un espejo eran causadas por Dios
o por los malvados demonios que habían quedado atrapados por la
magia, pero modernamente se ha propuesto explicaciones naturales para
las imágenes que afloran al pensamiento cuando se escudriña un
espejo con fines adivinatorios: son los estímulos ópticos de la
capacidad imaginativa los que provocan las visiones. Con práctica y
paciencia puede aprenderse este arte.
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