En
la mitología
griega, las Harpías o Arpías
son
una mezcla entre mujer y buitre. La parte inferior de su cuerpo y
las alas son de buitre, y el torso y la cara de mujer, en concreto de
una bruja. Su pelo es grueso, duro y enmarañado, como un estropajo y
tiene los dientes podridos. No suelen llevar ropas, y siempre están
envueltas en un fétido olor. Son seres tan sucios que infectan a
otros seres al atacarles con sus garras. Su lenguaje se basa en una
especie de gritos y cacareos muy desagradables. Sin embargo, las
arpías cantan una canción mágica, capaz de hechizar a todos los
humanos y semihumanos que la oyen. Esta canción la usan cuando se
ven atrapadas o cuando quieren atraer a viajeros ocasionales hasta su
guarida. Se deleitan molestando a otros seres y animales, sin embargo
son bastante cobardes, sobre todo si se encuentran solas, por lo que
suelen huir con frecuencia. A pesar de ello, son muy vengativas y
pueden seguir a un enemigo durante kilómetros. Sus guaridas están
situadas en la línea de la costa, y suelen ser cuevas un poco
profundas, tan sucias que que ningún animal se atreve a acercarse.
En ellas suelen guardar algunos tesoros que mezclan con toda la
suciedad. Estas guaridas albergan a unas diez o doce arpías. Las
arpías pueden colaborar esporádicamente con humanos o semihumanos
ejerciendo de espías.
La
versión básica de este mito, a medida que fue contada una y otra
vez, añadió nuevos detalles: a saber, que las arpías no robaban la
comida sino que la ensuciaban con sus excrementos, haciéndola
incomible. Pronto fueron vistas como difusoras de suciedad y
enfermedad, adquiriendo también su más famosa apariencia
monstruosa.Con esta forma fueron agentes del castigo, que raptaban a
la gente y la torturaban de camino al Tártaro. Eran despiadadas,
crueles y violentas y vivían en las islas Estrófades. Solían ser
vistas como personificaciones de la naturaleza destructiva del
viento.
En
tradiciones posteriores fueron transformadas en genios maléficos con
cuerpo de ave de rapiña, horrendo rostro de mujer, orejas de oso y
afiladas garras, que llevaban consigo tempestades, pestes e
infortunio. Esta es la forma que acabó por imponerse y que ha
pervivido hasta la actualidad.En la Edad
Media, la harpía, a menudo llamada «águila virgen», se
convirtió en una popular carga
en la heráldica,
particularmente en Frisia
Oriental, apareciendo entre otros en los escudos
de armas de Reitburg,
Liechtenstein
y los Criksena.
Espero que les guste =)
esta bien documentado gracias sigue así
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