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domingo, 23 de febrero de 2014

Tres Criaturas más de la Mitología Japonesa

Hoy os traigo tres criaturas más de la mitología japonesa.



Hiderigami


Hiderigami en el folclore japonés es una especie mítica de yōkai que tiene el poder de causar sequías.
De acuerdo con una cita de Bencao Gangmu y la enciclopedia Wakan Sansai Zue en el periodo Edo, el Hiderigami poseía sesenta y hasta noventa centímetros de largo, tiene ojos en la parte superior de su cabeza, y se mueve rápidamente como el viento. Sekien Toriyama en el Konjaku Gazu Zoku Hyakki (la ilustración de Cien demonios del presente y del pasado), se le conoce como Hiderigami o Kanbo (“madre de la sequía”) y se dibuja como una bestia con un brazo y un ojo.

En China, la misma entidad que se llama Batsu.



Aburakago


Es en la mitología japonesa el llamado «niño del aceite». Se lo halla en las cercanías de las lámparas de aceite.

Existe escasa información acerca de éste extraño yōkai.
El aburakago aparece en la forma de un niño y tiende a gravitar alrededor de las lámparas, reclamando por aceite.

Siempre aparecen acompañados de una o más bolas de fuego, posiblemente hitodama.

Con frecuencia succionan aceite de la lámpara para moverse con mayor rapidez. Algunos dicen que los aburakago son manifestaciones de ladrones de aceite, como fantasmas que regresan a lo que eran sus hábitos diarios en la vida. Otros dicen que los aburakago son totalmente distintos. Más allá de las opiniones una cosa es cierta: los aburakago son misteriosos.








Hitodama



Hitodama ("alma humana"), según el folclore japones, son las almas de los recién fallecidos tomando forma de una llama fantasmal. La palabra hitodama es una combinación de las palabras japonesas hito, que significa "humano", y tama (abreviación para tamashii), que significa "alma". estas llamas según cabe suponer, aparecen como esferas azules y en ocasiones verdes con una estela larga. También se cree que son fuegos fatuos o Tricksters ("embaucadores") que se originan de gases fluorescentes que en ocasiones pueden ser vistas sobre tumbas humanas.

Las hitodama se dice son frecuentemente encontradas cerca de cementerios y en bosques sombríos durante el verano, donde se dice que viven. Son alegadamente vistas a veces cerca de una persona moribunda como una aparición del alma abandonando el cuerpo antes de "cruzar al otro lado". Muchos hitodama se desvanecen o caen al suelo poco después de ser divisadas.

Uno de los engaños que se cree le juegan a los humanos es conducirlos fuera de ruta, dejándolos desorientados. Algunos mitos japoneses consideran al hitodama como uno de los trucos de los kitsune, al usar su kitsune-bi ("llama de zorro") para descarriar a los viajeros. Llamas fantasmales en Japón también se conocen como onibi ("fuego demoniaco"). En china son llamados guǐ-huǒ (pinyin) ó gwäe-fo (cantonés). Las hitodama son la contraparte japonesa para el fuego fatuo.

Los Hitodama son parte del folklore y la cultura popular de Japón, teniendo referencias y apariciones en animes, mangas, videojuegos, entre otros.

En anime, las hitodama aparecen flotando sobre un personaje cuando este está deprimido, asustando a otros personajes con su actitud oscura o acompañando a un personaje fantasma. El último, que es el más probable, está basado en retratos tradicionales japoneses del ukiyo-e que muestran el yurei.
  • En el videojuego y anime Pokémon, el pokémon de tipo fantasma Gastly y Chandelure se asemeja al hitodama.
  • En el anime de Soul Eater después de matar a alguien aparece el alma que después es devorada por las armas

  • En Bleach usan el símbolo de una Hitodama para separar el cuerpo del alma
  • En la serie de manga y anime, Dragon Ball Z, cuando Goku cae en el infierno, pueden verse las Hitodama de las personas que fueron condenadas allí.



Espero que os haya gustado.

Muchas Gracias por vuestras visitas y Hasta la próxima ^_^

Bye!


domingo, 16 de febrero de 2014

El Trasgu

El trasgo o trasgu es un duende, una criatura propia de la mitología clásica del Norte de España, presente también en la tradición de otras culturas españolas, especialmente la catalana con el apelativo de follet; aunque su ámbito propiamente dicho o relativo a esta denominación se circunscribe a las culturas gallega, asturiana y cántabra, y por extensión a la portuguesa, leonesa, y castellana. Es decir, el trasgo es a la antigua Corona de Castilla lo que el follet es a la antigua Corona de Aragón. Un proceso sinonímico para designar un fenómeno con un origen común, quizás indoeuropeo, pero de clara influencia germana, común a los actuales pueblos centroeuropeos y a aquéllos que influenciaron la Península Ibérica a la caída del Imperio Romano: visigodos, suevos, francos, etc. Así, en otros lugares de Europa, entre los germanos, es conocido como kobold, gremlin o servan y también por los similares silfo, goblin o gnomo


Trasgu

Se le denomina trasgo, trasno o tardo en Galicia; trasgu, Cornín o Xuan dos Caminos, Pisadiel el de la Mano Furada, Gorretín Coloráu, El de la Gorra Encarnada o sumiciu en Asturias, León, Cantabria y Este de Galicia; trasgo o martinico en Castilla y León; strago o demonio da mano furada en Portugal.

Se lo representa como un humanoide; un duende familiar, pequeño o totalmente invisible, que habita en el hogar; generalmente representado con tez morena, que viste blusa y gorro picudo colorado y que suele ser cojo (de la pierna derecha), con rabo (y a veces cuernos) y siempre con la mano izquierda agujereada; de carácter inquieto, travieso y juguetón.

Se le asocia con los despistes y las desapariciones de objetos que se necesitan. Como todo duende (como el similar leprechaun irlandés) disfruta realizando travesuras. Son invariablemente burlones y a veces malévolos, destrozando los enseres domésticos o engañando a los humanos. Se le adjudican aquellos ruidos nocturnos que nos despiertan y pequeñas diabluras como cambiar objetos de sitio. Se dice que penetra por las noches en las casas cuando duermen sus moradores, y si está de mal humor rompe cacharros, espanta reses, revuelve la ropa de las arcas, trasiega con agua, enreda los cabellos de los que duermen juntos, etc. Presuntamente, desaparece momentáneamente si se hacen invocaciones religiosas, a veces basta con un: ¡Jesús!,¡Virgen Santa! O ¡Dios Mío!, pero es muy difícil deshacerse definitivamente de él, acompañando casi siempre a la familia en la mudanza; suelen anunciarse diciendo: yo también ando de casa mudada.
Para deshacerse de él, se le suele pedir que haga una de estas tres cosas: traer un cesto lleno de agua, mudar en blanco el pellejo de un cabrito o carnero negro, o recoger a puñados medio copín de maíz u otro cereal (lo cual no puede hacer porque se le escapa por el agujero de la mano); al no poder hacerlo se enfada y se va avergonzado.



Kobold


En la mitología germana, un kobold era un tipo de espíritu menor que habitaba en cuadras, cuevas y casas. Se dedicaba a las labores domésticas cuando sus dueños se ausentaban de la casa, es decir, iba a por agua, partía la leña, daba de comer al ganado. A cambio de su trabajo exigía un poco de leche y los restos de comida, pero si al dueño de la casa se le olvidaba alimentarlo, se vengaba de ellos haciendo toda clase de maldades y pillerías.

En la Edad Media era voz derivada del término utilizado por los mineros de Sajonia para describir a un mineral de cobalto. Los mineros consideraban entonces este metal sin valor, ya que eran buscadores de plata y tenían la creencia que un duende había robado la plata. En el diccionario castellano del siglo XVIII aparece como cobalt.

Los mineros dieron el nombre de Kobold al mineral de cobalto que extraían y que, aunque se parecía al mineral de plata, no podían extraer nada de él. Los mineros pensaron que el mineral contenía un demonio de la tierra.




Gremlin


Un gremlin es una criatura mitológica de naturaleza malévola, popular en la tradición de países de habla inglesa y surgida probablemente a comienzos del siglo XX.

La historia popular describe a los gremlins como capaces de sabotear todo tipo de maquinaria. Esta percepción de las criaturas dio origen, por ejemplo, a que los pilotos ingleses de la Royal Air Force (RAF) de servicio en Oriente Medio durante la Segunda Guerra Mundial narraran un cuento que intentaba atribuir los accidentes frecuentes que sucedían en sus vuelos a la acción de estos seres fabulosos. Se comentaba que debido a que los gremlins eran animales que destruían todo, su existencia podía explicar las caídas de aviones, sin necesidad de fuesen atacados. Aludiendo a la misma historia, pero con signo exactamente inverso, también se utilizó como mascota para traer buena suerte a la tripulación de la fuerza aérea en sus misiones sobre Alemania (como puede verse en la imagen que se incluye a la derecha).

Existen narraciones de gremlins que son previas a la segunda guerra y algunas datan por ejemplo de los años '20, tras la Primera Guerra mundial. Sin embargo, se atribuye al autor Roald Dahl, quien estuvo en la RAF en el Oriente Medio durante la guerra, la responsabilidad de la popularización delgremlin, al haber escrito sobre estas criaturas en su primer libro infantil, titulado precisamente Los gremlins (1943) y que fue publicado por Walt Disney Productions.


Silfo


Los Silfos, en la mitología, son espíritus elementales del aire. Y es como se conoce comúnmente al macho de lo que sería el hada.

Están hechos de aire. Piensan y flotan. Son sutiles y evasivos. No reaccionan a los sentimientos, como tampoco sienten. No se les puede alabar, alimentar o entusiasmar. Son seres exclusivamente del viento, del pensamiento y del vuelo. No es posible hacer que un silfo se preocupe por algo, pues la preocupación es una emoción.

Esta criatura habita en cuevas de bosques muy cerrados, ya que la luz del sol le hace daño.

Se cree que los silfos son las criaturas más sabias de la Tierra, ya que su memoria comprende desde antes de la creación del mundo. También se dice que son espíritus elementales; se les atribuye el aire, como a los gnomos la tierra, a las ondinas el agua, y a las salamandras el fuego. A pesar de ser calificados de espíritus, los entes elementales carecen de espíritu, por lo que no evolucionan: son la Naturaleza misma.

Se dice tras vivir 10,000 milenios cambian su color de cabellos a blanco, pues la sabiduría de las eras consume el color del cabello de la juventud.

Pueden viajar a grandes velocidades, aunque tras yacer con un humano, su poder de volar desaparece y se convierten en humanos a su vez. A diferencia de los elfos, no poseen lengua hablada ni escrita, sino el poder del pensamiento.

Los silfos son indiferentes a los elfos como los elfos lo son a los hombres, al considerar aburridas y sin importancia las teorías élficas sobre el apego a lo inmutable. Los silfos, en cambio, consideran al progreso como algo a lo debe permitirse proseguir su camino. Los silfos son amos del aire, del viento... son poder.
Para los cabalistas son también caracterizados como criaturas mitad león mitad águila a quienes se les conoce como "grifos".Se dice que a estos seres se les puede pedir consejo gracias a su infinita sabiduría y conocimiento.

En la mitología sajona se les llama gremlins. Son criaturas endemoniadas que hacen maldades y en otros casos pueden llegar a matar. 

Otras creencias afirman que se trata de espíritus del viento bondadosos, que pueden volar a gran velocidad.
En algunas obras aparecen como seres longevos que vivieron tiempo antes que los elfos (descendientes de los seres de la luz), y fueron los primeros que en ver personalmente la luz, y la adoraron. Por ejemplo, la obra de Michel Honaker en La Hechicera del Mediodía se muestra al personaje ficticio Harold es un Silfo de los bosques.



 Espero que os haya gustado la nueva entrada de hoy.



Muchas Gracias por vuestras visitas y Hasta la Próxima ^_^

Bye!


domingo, 9 de febrero de 2014

Las Xanas

La xana es uno de los personajes más conocidos de la mitología asturiana y leonesa. Bajo ese nombre genérico se agrupan varios tipos de hadas difundidos en los diversos folclores. Suelen habitar en zonas de aguas puras y cristalinas (agua viva, es decir, arroyos, cascadas...).

La leyenda se encuentra muy arraigada en parte de la León y Asturias, como prueba el gran número de topónimos que llevan por nombre Les Xanes (plural de xana en asturiano, leonés o astur-leonés), por ejemplo, el Desfiladero de las Xanas.

En Las brujas y su mundo, el historiador Julio Caro Baroja relaciona la figura de la "xana" con la de la diosa Diana (Artemisa), como variante regional de un mito común en diversas mitologías europeas. Jana era un antiguo nombre con que se designaba a las hechiceras durante la Edad Media. Un ser feérico equivalente con el nombre de anjana se encuentra también en la vecina mitología cántabra.

Pueden ser:


  • Mujeres de extraordinaria belleza, ataviadas con una túnica, y de larga cabellera rubia que se entretienen en peinarse junto al agua, que muchas veces usan como espejo.
  • Mujeres de estatura pequeña, delgadas y muy oscuras.


En ocasiones, las xanas cambian los bebés de alguna madre por uno de sus xaninos, para que éste reciba el bautismo, sea amamantado por su madre adoptiva o aprenda a hablar como los humanos.

Además del hada secuestradora está el hada encantada, que se muestra junto a una fuente o en algún otro lugar especial, el primer día del verano, esperando que un valiente la desencante mediante alguna prueba o ritual de iniciación. Este mito, muy corriente en Europa Occidental, tiene en Asturias dos variantes principales: "El Bollo de Cuatro Picos" y "La Mujer Serpiente". Ambos transcurren en la madrugada de San Juan, cuando la xana (a veces bajo otro nombre como "encantada", "mora" o simplemente "moza", "señora") se aparece junto a la fuente.

En "El Bollo de Cuatro Picos" la xana le entrega un pan de cuatro picos al protagonista masculino, ordenándole que lo conserve intacto durante un año, al cabo del cual, la xana quedará desencantada y él ganará el inmenso tesoro que ella custodia. Pero durante ese tiempo la esposa del hombre encuentra el pan y se come uno de los picos, que comienza a sangrar. La mujer procura disimular el desaguisado y el hombre, cuando llega de nuevo San Juan, acude a la cita sin sospechar nada. Arroja el pan a la fuente o cueva y espera que la xana aparezca. El pan se transforma en un caballo, que serviría para sacar a la xana de su encantamiento, pero el animal ha quedado cojo de una pata y el encantamiento resulta frustrado. La xana entonces reprocha al hombre que tenga una esposa tan indiscreta y comilona. "Perdiste de desencantarme y de hacerte rico. No obstante, llévale a tu mujer este pañuelo de recuerdo". El hombre regresa a casa y, deteniéndose a beber en una fuente, posa el pañuelo sobre un árbol... que al momento estalla en llamas.

En "La Mujer Serpiente" el argumento es mucho más sencillo: de nuevo hay que desencantar a la xana, pero el procedimiento es diferente. La xana advierte al protagonista que deberá probar su valor. Ella se convertirá en una serpiente monstruosa y él deberá dejar que ella se le enrosque alrededor del cuerpo, para darle un beso en la boca (otras veces, tendrá que arrancarle un clavel que el monstruo sostiene en las fauces). En algunas variantes del cuento, el protagonista triunfa, desencanta a la xana y se lleva su tesoro. Otras veces, el temor le vence y la xana le castiga arrojándole su peine, dejándole cojo y condenándolo, a veces, a morir antes de que transcurra un año.

La escritora cubana Daína Chaviano, de ascendencia franco-asturiana, utiliza el motivo de la xana en su novela La isla de los amores infinitos. Cuando un personaje tiene un encuentro con una de ellas, la criatura le da un consejo que provoca un giro importante en la trama. 

 Espero que os hayan gustado las entradas de hoy (El Fuego Fatuo).


Muchas Gracias por vuestras visitas y Hasta la próxima ^_^

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El Fuego Fatuo

Entre la población rural europea, especialmente en la cultura popular gaélica y eslava, se cree que los fuegos fatuos o "will o' the wisp" (nombre común en Europa) son espíritus malignos de muertos u otros seres sobrenaturales que intentan desviar a los viajeros de su camino, alejándose cada vez que alguien trata de acercarse. A veces se cree que son espíritus de niños sin bautizar o nacidos muertos, que revolotean entre el cielo y el infierno. Modernas elaboraciones ocultistas los relacionan con la salamandra, un tipo de espíritu completamente independiente de los seres humanos (a diferencia de los fantasmas, que se supone que han sido humanos en algún momento anterior). También encajan en la descripción de ciertos tipos de hada, que pueden o no haber sido almas humanas.

Se cree que el Hitodama (la imagen clásica de las almas como una llama o bola de humo azul o verde) que aparece en el folklore japonés tuvo su origen en los fuegos fatuos.

En el folklore húngaro es conocido como lidérc y se suele crear colocando un huevo de gallina negra bajo una axila. Esta criatura protegerá y bendecirá con salud y riqueza a su dueño y creador. Igualmente, el fuego fatuo aparece en numerosas leyendas populares de las Islas Británicas, siendo a menudo en ellas un personaje malicioso. En su libro British Goblins, William Wirt Sikes menciona una leyenda galesa sobre un fuego fatuo (pwca en galés) en la que un campesino que vuelve a casa al anochecer avista una luz brillante moviéndose bastante por delante de él. Desde más cerca, logra ver que la luz es una linterna portada por una «pequeña figura oscura» a la que sigue durante varias millas. De repente se halla en el borde de una enorme sima con un rugiente torrente de agua corriendo bajo él. En este preciso momento el portador de la linterna salta cruzando el agujero, elevando la luz muy por encima de su cabeza y lanzando una risa maliciosa, tras lo cual apaga la luz dejando al pobre campesino lejos de su casa, sumido en la oscuridad al borde del precipicio. Ésta es una historia cautelar bastante común sobre el fenómeno, si bien los fuegos fatuos no siempre se consideran peligrosos; hay algunas leyendas que los hacen guardianes de tesoros, de forma muy parecida a como el leprecha un irlandés guiaba a los que tenían la valentía de seguirlo hasta riquezas seguras. Otras historias tratan sobre viajeros que se pierden en el bosque, se encuentran con un fuego fatuo y dependiendo de cómo le tratan éste los pierden aún más en él o le guían fuera.


Katherine Briggs menciona a Will el Herrero de Shropshire en su Diccionario de las hadas. En este caso Will es un herrero malvado a quien San Pedro le da una segunda oportunidad en las puertas del Cielo, pero que lleva tan mala vida que termina siendo condenado a vagar por la Tierra. El diablo le provee de un único carbón ardiente con el que calentarse, que entonces él usa para atraer a los viajeros imprudentes a los pantanos.

En algunas zonas rurales de Venezuela existe la leyenda de que los fuegos fatuos son los espíritus del conquistador español Lope de Aguirre y sus hombres, que no encuentran reposo en el más allá y vagan por este mundo.

En la literatura, el fuego fatuo tiene a menudo un significado metafórico, describiendo cualquier esperanza o meta que guía a alguien pero que es imposible de alcanzar, o algo que uno encuentra siniestro y desconcertante.